miércoles, 15 de junio de 2016

1999 Carnaval: El renacimiento de una fiesta popular Coco Romero

Carnaval; El renacimiento de una fiesta popular
Febrero 1999 Revista La Bocina
Reportaje: Claudio Serrentino

Coco Romero; se define como un “estudioso de la cultura del carnaval”. Fue murguista, es músico y edita un periodo llamado “El Corsito”, en el que publica el material que consigue del Carnaval de aquí, y de todo el mundo. Está a cargo del Departamento de Cultura Popular en el “Centro Cultural Ricardo Rojas”. Él, y muchos como él, se obstinaron en hacer renacer aquella fiesta popular, generando más y más murgas por los Barrios; hoy, el viejo Momo vuelve a pasearse por las calles porteñas. Porque como diría el gran (Charly García, por si alguien todavía duda) “La Alegría no es solo Brasilera”.

¿Qué diferencia hay entre el Carnaval nuestro y el de Brasil?
Brasil es un país muy poderoso en términos de cultura. El año pasado, por ejemplo, ves las mujeres espectaculares, miles de personas en el sambódromo, pero la escola más importante de Rio le dedica el Carnaval a Chico Buarque. Por un lado hay un fenómeno mediático, pero por otro lado, ellos integraron su música, su folklore, y lo recrearon. O sea, parten de su identidad para hacer el Carnaval. Y ante eso, hay que sacarse el sombrero. Hacen el Carnaval más grande del mundo, y fíjate que los lunes y martes de carnaval (que allá si es feriado) ellos salen a la calle, y entran en las casas de todo el mundo. Es algo muy fuerte, si te lo pones a pensar. Creo, además, que hacen cosas interesantes y que van mucho más allá de las mujeres esplendidas y la sensualidad de su baile.
¿Por ejemplo?
Hay aspectos organizativos que me parecen interesantes; una escola tiene alfabetización para su gente, grupos de Bahía como “Olodum” han influenciado en casi toda la música de su país, y han provocado el ingreso de los jóvenes a los instrumentos de percusión. Pero además de ser un grupo de Carnaval, son un “holding” económico; Michael Jackson fue a cantar, pero con la camiseta de “Olodum”. Y esto significa trabajo, profundizar sus raíces negras, estructura, y política para defender lo que uno piensa. Además, no hay tema en el Brasil que no haya sido tratado por una escola; y se meten con su historia, sus orígenes, y esto genera identidad, algo sobre lo que nosotros estamos bastante perdidos. Es que también influyen la política en esto; si vos no permitís que nuestra música se escuche, es posible que los pibes se prendan a la MTV, Pero no porque la MTV sea mala, sino porque hay una carencia de lo nacional  entre los medios. Y eso es una decisión política. Mira, yo he recorrido muchos países porque soy muy estudioso de la cultura del carnaval, y casi que he llegado a una conclusión; detrás de todo ejemplo del Carnaval, esta la imagen de país que uno tiene. Y casi te diría que es lógico que una comunidad como la nuestra, todavía no se supo hacer la fiesta. No tenemos momentos de encuentro, tal vez sea en los Mundiales, pero no en una fiesta.
¿Por qué si antes había esos encuentros de carnaval?
Sí, pero en la década del “60” esto se empieza a desdibujar. Y hay un gran paralelismo entre las fiestas populares, y lo que pasa en la Sociedad. ¿Qué pasaba en esa época? Ongania te mandaba a cortar el pelo en la calle (y no te hablo de hace 100 años, hace 30 nomas), te esperaban a la salida de los hoteles alojamiento, en la Universidad te daban palos… Y esta fue la sociedad. Hoy, el marco de la democracia permite más quilombos- como los que hay ahora- pero también con otras lecturas sobre el tema. Y siento que hay una camada generacional que lo está tomando como propio; porque si este fenómeno no lo toman los jóvenes, no pasa nada.
¿Qué relaciones hubo entre las barras bravas de los clubes y las murgas?
Todas. Es casi como un ambiente familiar, pero esos grupos están en extinción; porque el carnaval ya está metido en el propio dispositivo del futbol. Si observas, hay carnaval todos los domingos; caras pintadas con los colores del club, canto colectivo, instrumentos de percusión, predomina lo masculino, disfraces muy bien hechos…Esa inquietud que antes iba a parar al carnaval, ahora está mediatizada y va a parar a la gran ruptura de lo cotidiano, todas las semanas. Yo no voy a la cancha, pero si miro el partido del domingo a la noche y me gusta ver el comienzo, cuando muestran a la gente… Eso también es carnaval.
Este resurgimiento del Carnaval, ¿tiene conexiones con la aparición de Los Auténticos Decadentes, Ariel Prat, o Jaime Roos, que incorporaron el tema del Carnaval a la música?
Totalmente a esa lista hay que agregarle a Alejandro del Prado, quien para mí fue el generador de músicos como los que nombraste. No podemos negar el trabajo de Jaime Roos, que viene acá en la Década del “80”, influencio a todos los grupos. Tampoco hay que desconocer que nuestra clase media, primero conoció a la murga uruguaya, y después a la de acá. Y este es un dato sociológico, fíjate que Jaime, la última vez que vino, pudo tocar en muchos lugares, pero no en sitios de gente pobre, porque la gente no lo conoce, a excepción de cuando un tema suyo era cortina de una telenovela. Quienes fueron nuestros murgueros, desconocían ese movimiento, por una cuestión de franjas y gustos sociales. Gran parte de la movida carnavalesca, desde la democracia en adelante, está tomada por la clase media. Yo doy clases, y para mí era fenómeno impensado: Hoy los hijos vienen al taller de murga, pero para los padres era vergonzoso ser “murguero”. Que grupos como Los Decadentes metieron a murgas importantes de la Capital en sus “clip”, permitió instalar el tema a nivel nacional, y también la incorporación de los jóvenes al carnaval. Y que los cantautores hayan abordado el tema, lo enriqueció desde lo multifacético. Los Piojos metieron a un tipo que toca una métrica carnavalesca, y consiguieron que los pibes se vuelquen a la percusión, que antes no lo hacían.
Ayer había cabezudos, osos Carolina, hombres disfrazados de mujer… ¿Qué costumbre quedaron y cuales se perdieron en las murgas actuales?
Hoy, por ejemplo, los cantitos picarescos como los “50 y 60” no tendrían futuro. Cuando yo era chico, estaban “Los Parranderos”, ellos eran parte del folklore de esa época, hacían una poética carnavalesca. Ahora eso es inocente, porque después de lo ves en televisión… Actualmente, hay un código que va mas allá del disfraz, que está en el cuerpo, ahora hay como una desinhibición. ¿Por qué “pega” la murga nuestra? Porque puede participar cualquiera. Vos tiras un abrazo para arriba, un abrazo para abajo, te pegas un saltito y está todo bien. El elemento más fuerte de nuestra murga, hoy por hoy, es el baile. Desaparecieron los objetos, las máscaras, y ahora el cuerpo es el que habla. Nuestras murgas tienen minas lindas, feas, gordas, flacas, petisas…igual que nosotros.










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