Revista de la Universidad Nacional de Córdoba. Febrero
2013
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Carnavales: entrevista con Coco Romero
“EL CARNAVAL ES UN GIGANTE QUE AÚN ESTÁ DORMIDO”
Franco
Morán
Coco
Romero es un referente obligado al momento de pensar el Carnaval, una de las
fiestas más populares y antiguas de Occidente. Se refiere al reino del dios
expulsado del Olimpo y explica la complejidad de este fenómeno artístico y
social que todavía no cobró la magnitud que se merece. Pocos meses
atrás, en su último paso por Córdoba, Coco Romero se refirió a un trabajo que
viene realizando para diagramar un Atlas del carnaval Argentino.
Nos
preguntábamos cuáles serían las razones para proponerse una recopilación de
estas características. En primera instancia es algo que vengo haciendo en el
diario El Corsito. Por ejemplo en el último número me fui a ver la Capilla de
los Negros de Chascomús y localicé a una investigadora que tiene ochenta años y
que ya lleva tres libros dedicados al tema. Creo que es necesario darles
visibilidad a todos los estudiosos, antropólogos, historiadores, periodistas o
gente común que le gusta escribir y han tomado con seriedad el tema.
Hay que hacer un piso para ver la riqueza que tiene el carnaval en cada lugar.
Porque no es lo mismo el Momo de la montaña que el Momo del Agua. Es muy claro
como la geografía manda. Lo que me parece interesante es un país tan diverso
geográficamente es que tenemos una diversidad cultural muy importante.
Por otro lado es necesario dar visibilidad a todos los
investigadores que a lo largo y ancho del país han dejado plasmado material que
debe ser de circulación para todos los interesados. Porque en definitiva el
carnaval es un fenómeno que nosotros, no inventamos y lo que sí podemos hacer es
dar luz en una situación ya existente.
Estamos descendiendo aun territorio don las cosas están, solamente que no tiene luz y esa luz
depende de cómo lo miramos. Uno se encuentra con saberes, donde un pueblo ha cantado
durante 100 años, pero resulta que nadie conoce ese canto. Pero así son las
sociedades y creo que nos toca cumplir un rol en esta cuestión.
Me
parece interesante ampliar mucho más a través de un Atlas que construyamos un
piso con un importante relevamiento de todas las agrupaciones. Porque por
ejemplo, un joven que hace murga desconoce cómo es el canto de la copla en el
norte, o como son las mascaritas a caballo en la provincia de Buenos Aires, o
cómo son los muñecos gigantes en Lincoln. Para quienes forman parte del
carnaval, todos estos elementos pueden ser disparadores de cosas importantes.
Además creo algo importante va a pasar
si uno profundiza en lo propio y saca los colores locales. Argentina tendría que profundizar en el color de cada
provincia, esto sumaría mucho a los jóvenes. Uno ve que cuando encuentra un
dispositivo artístico trasplantado termina desconociendo lo que pasa a la
vuelta dela casa. Este Atlas nos permitiría reconocer las rutinas artísticas de cada agrupación de cada lugar,
o los cancioneros que hay que rescatar para que sigan circulando y también
abordar otros territorios, como por ejemplo
el aporte de los artesanos y las artesanías que se generan, porque el
carnaval también es una propuesta plástica.
-¿A tu
criterio el carnaval y la cultura popular han sido un objeto de estudio o de
acción estatal de segundo valor?- Totalmente, ahí le cabe un poco
de responsabilidad a los gestores culturales. Si en determinado barrio hay un
grupo de gente que tiene un talento a desarrollar, eso tiene que ser visto y
apoyado, porque también el mejoramiento de los distintos rubros del carnaval
necesita de gente que sepa del tema. Si no conocen de la densidad y
posibilidades que tienen expresiones como la murga como expresión teatral, no
van a poder aprovecharlo. Es información que deben tener estas personas porque
esto permitiría fortalecer la fiesta. El carnaval posee una magnitud enorme, es
complejo y la formación es fundamental.
-Hoy, a dos
años de la recuperación del feriado de carnaval, ¿cómo estás viendo la
actualidad de esta fiesta?
-La mirada que uno
tiene es que el carnaval es un gigante que aún
está adormecido y entonces los nuevos pasos o los nuevos caminos que
aparecen son paulatinos. En la actualidad la sociedad no tiene una lectura
importante o no lo ha cargado de contenido, en realidad cae en el calendario y
en febrero todo el mundo va decir “es carnaval”, pero no sé si hay muchas
instancias donde la cultura política del país esté realmente atenta Por otro lado hay que ordenar, al
mismo tiempo que la fiesta es necesario, va a haber posibilidades para que todos
hagan los suyo.
Este es el dato más esperanzador, cualquier municipio
va a echar mano a los instrumentistas, a
los murguistas, a los comparseros de la
región.
Lo que si me parece interesante es que hay un movimiento
muy importante y que todavía no hay conciencia
de la magnitud, sobre todo del género murga que es uno de los que más ha
avanzado con respecto a otros. Las
nuevas generaciones construyeron un movimiento emergente y sumamente renovador.
A esa generación hay que darle cause, a
todos esos jóvenes que vienen con sus nuevas propuestas.
¿Y cuál
crees que es el rol que el Estado tiene que cumplir en este nuevo escenario,
con la recuperación del feriado?
-El problema es, como te mencionaba antes, no tener una
preparación. Yo creo que en el segundo
semestre las direcciones de cultura le
tienen que poner el ojo al carnaval, no hay que ponerle el ojo en febrero. Uno
observa que hay zonas donde todavía no
hay espacios físicos definidos para los grupos y el lugar donde va a concurrir
la fiesta. Yo creo que ahí hay que poner atención porque de esto depende que
tipo de fiesta se arme. Históricamente,
cuando vos analizas lo que ha pasado en Buenos Aires, en el espacio se
prioriza el chori pan, la gaseosa y la espuma.
Y ahí otro interrogante que se abre es que se debería pensar
seriamente en el carnaval de los niños. A esto lo vengo planteando en los
talleres. Ahí hay un territorio sumamente interesante y no se puede seguir
avanzando sin considerar que los infantes deben tener a partir de este tiempo
democrático la posibilidad de conocer una mirada distinta el carnaval. Mi idea
es darle vuelta de tuerca a este
concepto de fiesta popular donde están
incluidas todas las artes, danza, plástica, la poesía, la música. Todo
esto converge, por lo cual a mi me parece interesante que pueda traer nuevos
actores, nuevas miradas y un cruce con este fuerte envión que hay ahora de los
jóvenes. Me paree que a estos puntos le pondría atención.
-Cuando
mencionas el espacio para la niñez, hablas de la necesidad de educar para el
carnaval?
- Exacto Básicamente el carnaval propone un juego Ese juego lo podes llevar adelante si vos
jugas. Digamos ¿Cuáles son las marcas que ha dejado la ausencia del carnaval? Y,
que la gente no se permite jugar. Hoy un adulto es muy difícil que se disfrace
porque se sentiría un ridículo, en parte sentirse un ridículo es porque el juego no está instalado y no hay gimnasia
de juego. Los hijos de la democracia tienen otra lectura, porque el tema
avanzo, pero quienes no son hijos de la democracia, tiene la musculatura y las
ganas de jugar bastante arrinconadas. musculo
que no se desarrolla, musculo que se
atrofia. Esto es necesario ponerlo en la mesa, porque quienes van a levantar la
bandera más fuerte son los niños que
jueguen y no sientan impedimento para
desarrollas su infancia creativa en esta fiesta que nosotros queremos poblarla
de otra manera.
-Pensar en
la niñez permite pensar en recuperar nuevos actores, ¿ese es el camino para
lograr una fiesta más diversa? -
- En Argentina como el carnaval no siguió, hay una falta
notable de ese espacio lúdico, ese
espacio del carnaval que nosotros desconocemos porque básicamente no podemos
tener un registro real producto de la prohibición Los niños son depositarios de
un espacio lúdico creativo donde podría aparecer el teatro naturalmente, la
música, el disfraz, todo ese mundo que de a habría que ir generando, que es un
espacio muy distinto al de los adultos. Esto sería una apuesta porque se
necesitan protagonistas para la fiesta, las murgas han contribuido mucho para
recuperar espacios, pero ahora hay que recuperar al público en general, para
que se sume. Pero antes, para que el público se sume, debe saber al menos de
que se trata.
-¿Eso
implica otras propuestas en escena además de las murgas?
-Por supuesto, todos los campos expresivos pueden ser partes.
Yo creo que la sociedad en un punto valora lo que está bien hecho y eso me
parece que está bueno, porque que los niños hagan algo bello es bueno para los
niños., pero también es bueno porque instala un espacio de educación no formal.
A veces, cuando no muestra algo bello, embellece lo que le rodea y permite la
incorporación de las nuevas imágenes a su propio imaginario.
-¿Consideras
que los medios de comunicación difunden un festejo que desconoce la diversidad
de carnavales en Argentina o incluso otros tipos de grupos en cada lugar?
- Yo creo que si uno profundiza en el lugar en que está, se
va a encontrar con el folklore de carnaval de cada región. El tema está dormido
a nivel nacional y provincial.
Aunque yo creo que en todos lados había intentos de revisión
pero sin comunicación entre ellos. Los medios masivos y posiblemente que los
grupos de rock tomen el tema de la murga y carnaval, implicó que se haya
conocido solo la murga porteña. Pero la murga como género inmigratorio está
metida en toda la Argentina y no necesariamente es la murga porteña o la murga
uruguaya. La murga como estructura teatral independiente.
-Sin
embargo pareciera que los disfrazados no forma parte de la escena actual del
carnaval.
Eses es otro de los aspectos que hay que rescatar,
concretamente el disfraz La idea del individuo disfrazado formando parte de una
fiesta colectiva donde ya no es el mismo
y no necesariamente tenga que estar vestido de murguero. La célula es el disfraz.
El carnaval lo que te ofrece como alternativa es un lugar donde vos vas a ser
protagonista La idea es pensar de que manera es posible una participación
colectiva, porque eso es el carnaval. Yo apuesto porque no haya público y
actores sino que todos sean actores de
la fiesta, ese es el desafío más complicado. Eso creo que sería un buen aporte
incluso para los carnavales del mundo.