viernes, 9 de junio de 2023

1983. Estadio Obras: "LA HORA DE LA FUENTE" por Marcelo Figueras para La Época


 La Época- espectáculos

LA HORA DE LA FUENTE

Su recital hizo evidente que Obras les queda chico

Por Marcelo Figueras

Hay al menos dos formas de hablar de un chico con hambre. Aquella que se esmera en la pintura del corbatudo señor que se viste importado y huele a podrido por encima de su perfume francés “pour homme”, responsable último de que ese pibe no tenga familia y si hambre. Es un modo de ver, uno que nos induce a creer que loa violencia es consecuencia inexorable de la conciencia de la reflexión.

Hay una segunda manera. La que sabe del corbatudo señor antes mencionado, pero prefiere detenerse en el “duende peregrino” que reparte estampitas en los trenes. De nada sirve guerrear o luchar en estrados en nombre del humilde si no le abrimos la puerta cuando golpea por pan.

Este es el modo de La Fuente. Uno que se hace evidente cuando cantan “no lloro por aquel que sufre/ porque ése lo tiene a Dios/ lloro por el hace sufrir/ porque es muy duro el infierno”.

La Fuente llegó al recital del sábado a pesar de todas las trabas que las autoridades de Obras los pusieron, inventando un campeonato de tenis a último momento que impidió colocar los equipos de sonido con el tiempo suficiente. El horario del recital se cambió de 23.30 y finalmente empezó ala 1.

No hubo silbidos, ni intolerancia por la demora. Este cronista comparó al público con aquel que hizo pasar un mal rato a Juan Baglietto hace un par de semanas, cuando no entendió- ni respetó siquiera- un desnudo “de los artísticos” con el que Juan quiso embellecer su recital.

Los problemas de sonido fueron gordos. La mano venía muy fea, pero supieron revertirla con un arte envidiable. Andi se reía de los desperfectos junto al público, como si estuviéramos en un living de una gran casa entre amigos de toda la vida.

Y la fiesta comenzó tranquila. Por el escenario desfilaron “Los Caballeros del caño”, aquello crotos redivivos con la poesía de Tuñón y la música de Coco: la canción que Luis Ávila – preso político del piso 16, pabellón A de Caseros- dedicada a su “mate amigo”.

En el tema la “Vaca soñada” se compara el viaje de una res al matadero con la forma en que los pibes son subidos a un camión y llevados a morir en una guerra absurda.

Por cantar este tema en una plaza Coco y Uki fueron invitados a pasear en un celular.

Conste que La Fuente no está conformada por genios. No son grandes instrumentistas, ni tienen grandes voces excepto la de Uki ¿hay engaño entonces? En absoluto. Ellos son lo que se definen: una fuente de ganas de vivir, fuente de reflexión sencilla y sincera a más no poder.

Hacen “música del alma, tan buena como la luz que calma”, tal como dice la vieja canción. Y esto va a sernos cada vez más necesario en un tiempo que se avecinan tantos chicos eléctricos con sus wadu- wadus y sus happenings a destiempo, intentando convencernos de que “esta todo bien” con el beneplácito oficial.

El huaynito “La verdad siempre vive escondida” y “Dónde fueron los murgueros” hicieron bailar hasta los circunspectos doctores que se habían acercado a colaborar con los marianistas. Y mientras la gente continuaba con la murga por Libertador, una linda suma de dinero- la recaudad en el recital- se disponía a partir a Añatuya, donde el Movimiento Marianista creara fuentes de trabajo para tantos necesitados.

La Fuente sigue cumpliendo con el hermoso objetivo de ser fieles a su nombre.

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