Mi segunda formación musical, “Los Caballeros del Caño” (1989), en búsqueda de una sonoridad propia, también forma parte de esta influencia. A la sonoridad del bandoneón, guitarra, violín y bajo, le agregué el bombo de murga. El nombre del grupo proviene de un poema de Raúl G. Tuñón.
Esta musicalidad influiría en los proyectos siguientes, como la musicalidad de la primera murga que salió de mis talleres en el Rojas: Los Quitapenas (1990). Este ciclo culminaría con la grabación de mi primer CD solista: Murga, Vuelo Brujo.
Ayer, fui a ver un hermoso recital en el barrio de su infancia, Munro - V. López, bajo el título: “Te llevo en el barco de mi corazón” (de una letra de Héctor Blomberg). Tata, por siempre Tata. Gracias.
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