miércoles, 25 de diciembre de 2019

1994. La murga también existe. Entrevista a Coco Romero. Novedades Educativas


Entrevista a Coco Romero, músico, titiritero e investigador del carnaval porteño Novedades Educativas/ N° 44/ Pág.36 (1994)

Su experiencia docente, hasta ahora estuvo más centrada en los maestros, en los multiplicadores de la aventura. Hace cinco años que trabaja en el centro Cultural Ricardo Rojas de la Capital federal y ha trabajado en la provincia de Buenos Aires para presentar la murga como teatralidad junto con el Circo criollo, un proyecto que se hizo para las escuelas primarias.
Su propuesta apunta a tomar la murga como una teatralidad no aprovechada ya que contiene muchísimos elementos disparadores del área plástica, de música, de lo corporal, etc. “teniendo en cuenta que estas agrupaciones han nacido y crecido en estas zonas – comenta Coco Romero- tienen un hilo y un contacto con la historia de cada lugar”. Defender una manifestación propia de esta ciudad, de estas calles, es decir, el rescate de la tradición es el eje unificador. En algunos talleres se busca que los niños se contacten con los mayores para que les cuenten los recuerdos más fuertes que poseen sobre el tema. Siempre orientados en estos ejes: lo plástico, lo corporal, el canto. La murga reúne estos elementos que dan un campo muy amplio de expresión para el niño.
Los chicos, de este modo, promueven el enlace en la familia que rememora, se comunica y se reúne alrededor del recuerdo del recuerdo de una historia placentera. Por otra parte, Romero sostiene que hay formas y modos de relacionarse con la historia. La murga es interesante para retomar el tema del conocimiento histórico no con la perspectiva de algo muerto o estático, sino todo lo contrario: algo que está muy presente en la memoria de los mayores. Este año organizó en el Centro Cultural Rojas una historia de cien años del carnaval en fotografías. Cuando existen posibilidades, realiza talleres, charlas con todo el material gráfico (generalmente es del Archivo de la Nación o el Instituto de Antropología) y el material en películas. Porque, en realidad, este imaginario no ha tenido prensa y difusión. Hace algunos años publicó una historieta a través de la Municipalidad una historieta sobre el carnaval porteño, en la que se pueden observar, entre otras cosas, como desde la Colonia hasta la actualidad casi como una constante las agrupaciones de carnaval fueron objeto de prohibiciones. Coco Romero afirma con la convicción de aquel que ha estudiado y comprobado sus hipótesis, que se puede hacer una radiografía del país y ver claramente qué carnaval cae y cual emerge.
La historia de la murga se corresponde con la de los movimientos sociales y las idas y vueltas que marcaron sucesivos momentos de permisos y prohibiciones llevaron a una fragmentación de la memoria. “Llegamos a un momento en que la memoria está repartida en pedacitos en el piso”, es la imagen que propone para ilustrar este tiempo. “va quedando claro que no estamos hablando del carnaval de Bahía ni de Río –afirma- que me parecen bárbaros, si no de uno que existía en estas calles. Lo más increíble es que muchos lo vivieron, y que ha personas que tiene en su memoria pegado esto como un recuerdo muy grande de los afectos de un tiempo que puede haber sido mejor o peor, pero que es un tiempo vivido que a veces no se sabe transmitir ni recuperar. No sólo recordar, sino volver a hacer . Porque en realidad no hay nada nuevo bajo el sol, lo único que hay es un desarmado y nuevo armado de las cosas ya existentes”.
La murga es –según el diccionario común y corriente- la agrupación de niños que salen a la calle buscando monedas cantando algunas coplas pícaras. Cuenta Romero que generalmente se dice que es un conjunto de músicos malos, un producto de la calle. La palabra “murga” aparece a fines del siglo pasado y principios del que está terminando. Romero cree por las influencias inmigratorias, en Buenos Aires había un carnaval muy importante. Se reflejaba en las fotografías que publicaba el diario La Nación mostrando concursos de comparsas. Todos los chicos orilleros se vestían con lo que podían. En ese momento la tela de las bolsas de arpillera era lo más barato y con ella surge el traje. Con alguna lata vacía y la tapa de cacerola de la mamá salían a cantar las coplas. Ese sería el origen más primario e ilustra una época.
“Los Duendes de la Cortada”, es una murga conformada por chicos que surge de un grupo del club Ferrocarril Oeste. Ellos empezaron a organizar corsos pequeños. Allí Coco, con su murga “Los Quitapenas” y asegura que es uno de los corsos más lindos de la Capital, un corso que tendría que buscar cada comunidad. Comenta que una vez al año la familia sale a la calle a ver un espectáculo y se arma un bailongo. El puntapié inicial lo dio un grupo de adultos y ahora cuenta con la participación de ciento cincuenta chicos. Es una experiencia en la que reaparecen vivencias antiguas. “Quizás los grandes que están en esa murga hayan vivido otras, pero los pequeños no y hoy son protagonistas del corso”.
¿ En ese momento se está difundiendo el tema o trabajando en las escuelas a nivel municipal o provincial?
- El año pasado fui a ver a estos señores que trabajan en programas de lo no formal y les propuse lo siguiente: la mayor parte de los años de la Municipalidad termina haciendo murgas en alguna parte, por lo que sería bueno tomar esto con un poco mas de seriedad. Por suerte, este año, Felix, que es un alumno que participa hace años con “Los Quitapenas”, tiene la idea e duplicar esta experiencia. Félix es maestro y junto a dos maestras más, pudo hacer un proyecto para trabajar en las colonias de verano el tema de la murga, con un contexto histórico. Y terminó en la cancha de Ferro con quinientos chicos haciendo murga. Se puede hacer en ocasiones especiales.
¿ Crees que podría resultar interesante que a través de la educación se trabajara el tema?
- Habría que darle más unidad, sentido y seriedad desde lo conceptual, pero lo interesante es que confluyen distintas áreas de la expresión para el niño. Soy insistente, también, respecto del tratamiento histórico. Porque hay diversas maneras de conectarse con la historia: cuanto más elementos se incorporen, mejor. Porque ami entender, la historia no es la historia acartonada de los próceres sino que es el viejo de la esquina, que lleva en su vivir un montón de cosas que pueden ser útiles a la pequeña comunidad, a la célula más pequeña.
¿ Qué es conceptualmente lo más importante para transmitirle a los chicos para que armen una murga?. ¿En que consiste tu propuesta de los talleres para maestros?
- Para los chicos, la potencia que tiene la murga es la muchedumbre, los muchos”. Eso responde a cuestiones muy profundas de la humanidad. Cada uno está solito en alguna parte, en un trabajo individual, no se da cuenta que forma parte de un grupo. Que puede marchar, que puede divertirse y se puede reír mucho en agrupaciones. Es la posibilidad de demostrarse en la muchedumbre. En cuanto a los maestros, trato de ir desglosando e ir dando las pautas en un taller corto, para que el maestro incorpore conocimientos acerca de la creación desde el instrumento de percusión (sobre el que se edificaría toda la murga), los pasos (bases en los pasos, en los movimientos corporales), elementos para el disfraz, para la galera, para el pintado de la cara. Ya en un curso más perfeccionado se puede ver el tema de la lentejuela: esto como una artesanía urbana totalmente desaprovechada. En un primer recorrido de estos elementos, se vería lo que llamo la teatralidad de la murga, que comprendería la entrada marchando, el baile, la subida al escenario, la llegada al escenario, la murga haciendo su recitado, su canción de entrada, su canción de crítica, su demostración de baile y la retirada. Al escenario sube el coro, el recitador y un pequeño grupito de la gran murga que hace una actuación con estos puntos mencionados. Eso sería lo que trabajo con los maestros. Después estoy todo el año en el Centro Cultural Ricardo Rojas, por lo tanto si hay maestros que necesitan algo los apoyamos con una asistencia técnica. Si hay un grupo que está trabajando el tema de las voces, apuntalará ese tema.
¿ Las letras son el reflejo de lo que le pasa a los chicos, de susu preocupaciones e ideas?
- Esa es la idea. Cuando una murga actúa en el carnaval, pasa revista a todo lo que aconteció durante el año. Generalmente se resaltan puntos sociales, desde lo deportivo hasta lo artístico; elementos que la comunidad evoca. Y con los chicos se trabaja desde sus problemas, desde los problemas de su entorno hasta sus necesidades y sus cosas. Lo creativo es un soporte y un disparador de sus necesidades, no de las necesidades de los grandes. Puede ser un cierre y una evaluación propia de los chicos.
- Tal vez pudiera ser una forma de mostrar vivamente y con alegría que se han cumplido ciertos deseos, ideas, o situaciones que se han propuesto como objetivo. Es decir que puede ser una hermosa manera de festejar el propio proceso histórico social o incluso el proceso institucional de una escuela.
- Exactamente. Sería una mirada un poco menos acartonada.
- Rescatas básicamente la murga urbana de la zona de Buenos Aires, del Río de la Plata.
- Sí, sobre todo de la Capital federal. Porque Buenos Aires ya tiene su propio folklore y sus códigos propios. Hace algunos años, a través del Fondo nacional de las Artes, conformamos una Federación de murgas los elementos de la Capital y de provincia son muy distintos, porque a pesar de todas las cosas en buenos Aires hay un historia en el tema. Hay si carnavales especiales, como el carnaval de Lincoln en la provincia de Buenos Aires. Hace algunos años estuve allí presente y realmente hay algunas cosas increíbles, sobre todo el espectáculo de los muñecos gigantes. Buenos Aires con la transformación que ha sufrido y con la riqueza que esta presente en los tangos de los cien barrios porteños, tuvo un movimiento muy importante hay que imaginarse que antes todos los barrios tenían murgas.
- ¿En que barrios hay murgas en este momento?
- En la Boca, en San Cristóbal, en el Abasto, en Almagro, en Palermo, en Saavedra, en la Paternal, en Villa Soldati y en Liniers.
La constante en este momento es la falta de lugares; los vecinos de Almagro que tenían una estética distinta, característica, no encontraban lugar. Este año no se hizo el corso de la Avenida de Mayo.
También está la lectura que tiene el propio sistema. En los lugares donde hay carnavales muy imponentes. El Estado forma parte de este evento. Es necesario que se le de un poco de atención, porque concluye un tiempo necesariamente distinto al de la rutina cotidiana.
¿ De dónde proviene la murga y el carnaval?
- Como festejamos nosotros, el carnaval viene con los españoles, quienes a su vez habían tenido en ese momento influencia de los venecianos. Es decir, el carnaval viene de Europa. Y hay un personaje central, que es el oso. El tema candente hasta el cuarenta es que personajes se disfrazaron año tras año de Oso Carolina. En Europa es una fiesta de primavera y el oso se la pasa durmiendo en invierno y sale en la primavera. El disfraz de oso se ha trasmitido como un símbolo del carnaval europeo y está registrado en los carnavales hermosos que pintó Quinquela Martín en la Boca.
- También el Rey Momo es un personaje importante ¿no es así?
- Es mucho más difícil ese tema; porque el Rey Momo fue echado del Olimpo por ser muy satírico y criticón y hay poca iconografía de él. Lo increíble es que este personaje haya sobrevivido: el rey Momo se asocia con las caretas o con el papel picado, pero en realidad es un personaje antiquísimo con algunos signos muy fuertes que es la careta, un cetro con una imagen burlesca en la punta y un ganso o una marmota en señal de la locura. OP sea que hay elementos para trabajar la historia mayor, que envuelve al mundo...

lunes, 16 de diciembre de 2019

2002. La murga la necesidad de poner el cuerpo. Rev. Luciérnaga

Revista Luciérnaga N.º 8 del 3 de marzo de 2002. Buenos Aires. 
Entrevista: Elena García

El Carnaval, festejo traído por la Conquista, supo ser una fiesta verdaderamente popular hasta los años 60. En el norte, en el litoral y en los grandes centros urbanos fue tomando formas particulares, incorporando elementos de los que ya estaban aquí y de los que fueron llegando. Las sucesivas dictaduras militares, el desarrollo de la televisión y la cultura del espectáculo, fueron menguando su fuerza. En los últimos años una gran cantidad de gente de distintas generaciones se ha volcado a participar en las murgas, tomando estas una presencia en las ciudades que excede el propio festejo del carnaval. Hoy existe la Federación de Murgas que nuclea 160 murgas en todo el país. La murga es también fuente de inspiración para grupos de rock masivos como Los Redondos, Los Cadillac y otros.
Hablamos con Coco Romero, quién coordina hace 14 años los talleres de murga en el Rojas (UBA) edita la publicación “El Corsito” que reúne material de divulgación y consulta sobre el carnaval.

La murga la necesidad de poner el cuerpo
¿Cuales son los orígenes de la murga ?
El antecedente es de España. Los primeros datos históricos los encostras a fines del siglo XIX, principio del Siglo XX, con la aluvión inmigratoria. La murga viene como un modo de festejar el carnaval. Etimológicamente murga significa “conjunto de músicos malos”, es el diminutivo de música. Aquí recibió el aporte negro. La influencia negra está dada por la gestualidad corporal, la gran riqueza en el baile. No así en lo musical: el bombo es tomado del ejército y se toca con maza. El ritmo de la murga es muy primitivo, muy a tierra. El negro toca con las manos, y su ritmo es sincopado.
Qué es lo que caracteriza a las murgas de Bs. As. ?

Por un lado la riqueza en el lenguaje corporal, hay una gran variedad de pasos: la patada, el borracho, los movimientos aéreos, retorcidos, con una gran descarga. Y cada barrio tiene su forma de bailar. En el Uruguay o en España, por ejemplo, tiene mucha más importancia el canto, este aspecto está mas desarrollado. Aquí lo principal, hasta ahora es el baile. El género está evolucionando mucho por la gran cantidad de gente que se vuelca a participar. Otro aspecto interesante es el tema del disfraz. En el traje del murguero convive su altar. A diferencia de Brasil, en donde toda la comparsa lleva el mismo traje, acá cada uno lleva su levita, sus lentejuelas, que adorna y enriquece su traje con sus propios símbolos o ícono. Así ves en una misma murga al hincha de River y al de Boca bailando juntos.

Otra diferencia es que acá las murgas están compuestas por aficionados, no se trata de profesionales que gana dinero por participar en la murga. Esto es fundamental, hay una tendencia desde3 el Poder a convertir todo en espectáculo. En Gualeguaychú, que es el carnaval más importante del país, también está sucediendo. Aquí no son organizaciones libres, y eso lo hace muy auténtico.

¿Qué cambios notas en las murgas?

La inclusión de la mujer. Antes las mujeres iban acompañando a los hombres, pero no formaban parte de la murga. Hoy participan intensamente tanto bailando como tocando. Por otro lado, la inclusión de los jóvenes, cualquier fenómeno cultural importante necesita la presencia de ellos. También la recuperación del instrumento por el placer de tocar en í. El bombo ya no es sólo para acompañar sino un instrumento para hacer música.

¿Por qué pensas que estos espacios despiertan tanto interés hoy?

Creo que como comunidad tuvo que ser realmente para romper ese caparazón, esa cerrazón en cuanto a participación. Y ahora estamos reaccionando. La dirigencia política se cae a pedazos, las instituciones se caen a pedazos. Y todo lo que es popular refleja o conlleva todo lo que es popular refleja o conlleva todo esto que nos pasa como comunidad. Es un momento muy intenso, de mucho intercambio, diría de transición. Y el modo de organizarse se está gestando, sé esta construyendo... Hay una familiaridad entre el cacerolazo y la murga.



1997. “Murga de taller y vs. murga de la calle: una polémica estéril” REVISTA LA MAREA




https://revistalamarea.com.ar/numero-9-otono-1997/

Reportaje publicado en la revista “La Marea”
Revista de cultura, artes e ideas. Año IV – N° 9 – Otoño de 1997.

Reportaje Derli Prada
“Murga de taller y vs. murga de la calle: 
una polémica estéril”

El poder siempre desconfió del carnaval, asegura Coco Romero, editor de la revista El Corsito. Pero la fiesta se ha renovado con el aporte de nuevas generaciones que han echado a andar “al gigante adormecido de tristezas”, dice. El carnaval creció al margen de la cultura oficial, pero después hasta Alsogaray contrató murga para sus campañas. La murga de bombo con platillo permanece ligada a la mística barrial y a la crítica social. La aparición de talleres, el aporte de gente de teatro, la participación de la clase media y otros nuevos plantean polémicas. Pero Romero asegura que es falso el presunto antagonismo entre barrio y el taller. “el bombo y el baile murguero –dice- fueron resignificados por las nuevas tribus urbanas”.

Coco Romero conoció la murga como parte de los juegos de su infancia. En 1988, este salteño de 41 años, criado en Buenos aires, animó en el Centro Cultural Ricardo Rojas el seminario Murga, fiesta y cultura, piedra fundamental de un taller instalado hasta la fecha se formaron varias camadas de murgueros jóvenes.
Con el grupo musical “La Fuente” (1978 – 1983) incluyó el tema “Dónde fueron los murgueros” un repertorio que hablaba de las cosas que pasaban.
Quedaron dos discos como testimonio de esa época. Casi todos los recitales terminaban con baile de huayno o murga. “Desde entonces – dice – abracé la murga y luego el carnaval como proyecto, recopilando, relevando material histórico y de tradición oral, e intentando por todos los caminos general espacios nuevos, de reflexión y encuentros para su divulgación “En el ’94 grabó con el grupo “Yo Lo Vi” el CD Murga, viejo brujo como síntesis de su experiencia en el tema. Desde el carnaval del ’95 se ocupa cada dos meses de “El Corsito”, publicación de distribución gratuita dedicada al carnaval, que llega a escuelas primarias, secundarias, bibliotecas e instituciones del país.
Sigue un dialogo acerca de las perspectivas del carnaval y, entre otras cosas, la polémica entre los “talleres” y los “barrios”.

-¿El carnaval ha muerto, agoniza o retorna con gran esplendor? ¿Cuál es su situación actual?
- La frase “el carnaval está muerto” no es nueva. Siempre fue una muletilla acuñada por el poder y aparece en nuestra historia en el siglo pasado. No creo en retornos esplendorosos: creo en la vitalidad que aportan a este fenómeno cultural los jóvenes, el recambio generacional, motor indispensable para echar a andar al gigante adormecido de tristezas. Sin duda, socialmente algo ha pasado en estos últimos años, sobre todo en la última década: la vuelta a la democracia permitió reconstruir redes destruidas en momentos anteriores.

-¿cuáles fueron los momentos más críticos para el carnaval?
- La gente en la calle produce miedo. En una publicación que edité en el verano del’ 90 sobre la historia del carnaval porteño – dibujada por Enrique Breccia en forma de historieta – muestro que lo permanente, desde la Colonia a la actualidad en Buenos Aires, fue la prohibición del carnaval. Desde el virrey Vértiz, pasando por Rosas, Uriburu, hasta la junta Militar, que decretó su prohibición, borrando el festejo del calendario, deposición que sigue vigente en la actualidad. Se golpeó en distintos momentos el corazón de la fiestas. Recuerdo que de pibe, cuando salía la murga de mi barrio, el director general encargado del grupo, por orden establecido, debía presentarse en la comisaría más cercana con la lista de todos los integrantes detallando: nombre, documento y domicilio.

- ¿ cuál debe ser la relación entre los murgueros y el eventual patrocinio del Estado o entidades privadas?
- Por su naturaleza, esto se desarrolló en los suburbios, en la orilla. Chiquilines de caras tiznadas y trajes de arpilleras que salían con latas a la calle, bailando con movimientos epilépticos y cantando coplas de doble sentido. Creció al margen de la cultura oficial. Pasados los años, el género creció, se transformó y surgieron nuevos roles – líderes barriales, punteros políticos, futboleros devotos del carnaval – que instalaron a la murga en distintos escenarios: el corso, la cancha, las manifestaciones y marchas. Su independencia se relativiza. Alsogaray, para un acto político del año ’83, contrató una murga del conurbano para que animara la marcha.

-¿ En los ’90 hubo algún cambio en la composición social de las murgas?
- Un fenómeno que antes no se daba es la participación de la clase media. También el aporte de gente ligada al teatro callejeros, que oxigenó lo escénico y el vestuario, marcó nuevas pautas. Por otro lado, los talleres de murga desparramados por toda la ciudad admitieron distintos participantes. Esto generó otras formas de recuperación de la palabra en torno del bombo popular y acercó a músicos de estudio; algunas murgas contratan músicos para acompañarse o para mejorar al canto. La estética de la murga se filtró en los medios masivos y provocó un impacto en otros estratos. El bombo y el baile murguero es resignificado por las nuevas “tribus” urbanas. Y también es reconocido en el ambiente escolar, especialmente en el nivel primario, donde se realizaron experiencias co actividades interdisciplinarias en Capital federal y provincia de Buenos aires. Cientos de chicos, jugando a la murga van al encuentro de una fiesta llamada Carnaval.

-¿ cómo se articula la relativa “profesionalización” que implica un escenario de teatro con la participación amplia de la gente?
- Los escenarios de teatro han cumplido una función importante en el sentido de mantener vivo el movimiento. En cuanto al profesionalismo, no está instado en los grupos; sí podría decidirse que se preparan lo mejor que pueden. Nadie colabora económicamente con su desarrollo. Casi todas las murgas trabajaron a la gorra, o por un viático mínimo que solo permite amortizar los gastos. “Total es una murga”, se dice muchas veces. Los programas de cultura de los gobiernos de la ciudad apuntan a mantener un esquema de importantes cachets para artistas reconocidos y grandes encuentros multitudinarios, pero poco apuestan a generar espacios para fiestas participativas. Aun así, el carnaval resucita porque es una fiesta poderosa. Siempre aparecerá alguien que tome la posta de Momo.

-¿Se mantiene la crítica social y el sentido de solidaridad en las murgas actuales?
- El bombo con platillo y la crítica a distintos aspectos de la vida social y cultural siguen bajo la denominación de “murga tradicional”. Otra s murgas optaron por incorporar instrumentos de vientos, acústicos, eléctricos, máquinas de ritmo y otras percusiones, como por ejemplo zurdos, redoblantes y cencerros, abriendo más el panorama de estilos. Hay más variedad, influencias uruguayas, bahianas, comparsas murgueras, comparsas más teatrales, con más coros. Pero, ¿qué es la murga? La palabra, hoy más que nunca, lleva un peso y una magia muy especial. Al no tener dueño cada cual se la apropia y la toma como quiere, eligen, aplauden o se van a dormir, buscando la murga ideal en su sueño. en Mi opinión, todos los caminos son buenos, todo suma. En general, las nuevas murgas no se han formado sobre místicas barrial. Aun así, todas concluyen, desde distintos barrios, al encuentro del bombo como símbolo de unión. Distintas profesiones, actividades, extracción y edades, que pueden expresar un sentimiento común. La mujer le puso un toque distintivo a esta etapa, reflejando en cuerpo y alma la gestualidad que era hasta ahora patrimonio exclusivo del hombre. Quedó atrás el acompañar, ahora participa activamente; a veces hay abrumadora mayoría femenina.
- Para los reclamos planteados por el movimiento murguero ¿se hace necesaria alguna instancia organizativa de unidad?
- Sin duda, hace falta organizarse. En el ’88 intentando crear la Federación de Murgas, en el Fondo Nacional de las Artes. Se avanzó en reuniones, se formaron actas. La idea era mantener una red de información, compartir problemáticas en lo organizativo y lo artístico. El esfuerzo quedó en el camino. Aún no estaban dadas las condiciones; la realidad muestra que los grupos apenas pueden mantener su estructura. Tal vez sea posible abrir nuevos diálogos y buscar formas de recuperarse. Un ejemplo fue la “Marcha murguera” de este año, año, ideada y organizada por los propios grupos, sin banderas políticas, y eso tiene que ver con la continuidad. Lamentablemente, sigue flotando por ahí la anatomía estéril de “murga de taller” versus “murgas de barrio”. Sería interesante que los jóvenes directores conviertan su murga en taller – escuela, donde se trabajen todos los aspectos que hacen a esta manifestación, desde la letra, el vestuario, el ritmo o la historia. Un camino a tomar es la reafirmación de las murgas como lugar creativo, como instrumento de rescate y promoción cultural, generando su propio discurso y utilizado el arte como forma de conciencia y expresión. Esta podría ser forma de evitar que, como se dice comúnmente, muera el carnaval.

2005 La Madrid reportaje a Coco Romero de Emilio Moriones

En los últimos veinte años se dejó llevar por la magia circense, la vitalidad de una murga y la tradición carnavalera. Es músico, docente e investigador. Visitó La Madrid, dictó un taller y habló de un dispositivo social. "El carnaval que se viene es el que van a llevar en el ánimo los pibes que están danzando en el país".
Emilio Moriones / Agencia

Coco Romero ha recorrido el país y una porción del mundo antes de convertirse en un referente cultural de los más importantes que tiene el país. Incansable, ha recopilado la historia carnavalera, se ha parado en el centro del escenario murguero y a través de la música, la docencia y la investigación logró forjar un legado que acumula dos décadas de trabajo ininterrumpido.

Símbolo en su género, Coco (Gualberto Elio Milagro es su nombre original) estuvo en La Madrid, dictó el taller de murga que organizó la subcomisión de fútbol menor del Club Deportivo Barracas y un rato antes de marcharse compartió unos mates con esta Agencia en medio de una charla con disparadores sociales que pueden transformar la realidad. Algo de eso comenzó a notarse de entrada.

"Primero fue una diversión de la infancia, después empecé a tocar la guitarra a los 15 años y cuando formé el primer conjunto más o menos con un trabajo formal y serio en todo el Proceso Militar compuse una canción dedicada a ese pedazo de la infancia: 'eo, eo, eo, eo dónde fueron los murgueros; eo, eo, eo dónde fueron a parar'. Con el grupo habíamos desarrollado un trabajo de base muy fuerte, entonces llegamos a Vélez Sarsfield, a Obras Sanitarias, grabamos en los estudios de los Vitale, y de repente nosotros tocábamos esta canción y naturalmente aparecían pibes que se ponían a bailar. Durante toda la etapa de "La Fuente" tuvimos siempre una murga de pibes autogestiva de los recitales. Pasado el tiempo ya era como una barra, tocábamos en un lado y le teníamos que dejar espacio a los veinte o treinta que se autodenominaban 'la murga de La Fuente'. Cuando terminó esa experiencia hice un viaje por todo el norte del país recopilando datos del carnaval y cuando volví a Buenos Aires, en el 84, dije 'murga', así arranqué hace veinte años, formalmente".

-Docente, investigador, compositor, músico, ¿qué más es Coco Romero?


-Me gusta mucho la animación cultural, es interesante. Hace muchos años que estoy en el (Centro Cultural Ricardo) Rojas y me ha permitido tener presente la gestión cultural. Coordino un área que se llama Circo, Murga y Carnaval y dentro hay de todo: malabaristas, talleres integrales, varieté, mimos; es como un semillero para que sigan surgiendo cosas. La investigación casi está terminando formalmente con el libro sobre la historia de la murga en Buenos Aires, que creo va a salir el año que viene, y la música es lo que más me gusta, a lo que más energía le pongo y más placeres me da.

-El ritmo latinoamericano.

-Sí, de todas maneras estoy como... el tema es así: una vez estuve con el dueño de la mejor imprenta de Buenos Aires, el tipo hace charlas, es muy capo, y me dijo 'mire, usted tiene que decir murga y tiene que estar ahí'. Puse un dispositivo en esa dirección, porque es medio difícil lograr un espacio con la murga en una sociedad como la nuestra, pero sin embargo trabajando desde la educación, desde la producción de videos y la edición de discos se armó y al mismo tiempo la universidad me permitió un espacio que mirando el pasado ha sido fundamental. Intenté estar en un programa de cultura de los barrios para desarrollar mi proyecto y no tuve eco, pero fue importante que lo tuviera dentro del campo universitario. La gente siempre sabe que vos estás ahí.

-¿Cuánta gente hay prendida en esta movida cultural?

-Hay una movida media subterránea muy masiva. Por ejemplo, en La Plata las marchas más grandes que hubo fueron de murgueros, en la Capital hay doscientas murgas, es una barbaridad, y el fenómeno se extendió: Rosario, Córdoba... Hay una movida de las murgas y al mismo tiempo hay páginas de Internet y agendas murgueras, una comunicación bastante importante.

-Es interesante analizarla como forma de vida. Esto va mucho más allá de un simple taller, está claro que es más amplio que eso.

-En realidad lo que se ve de afuera es que estoy muy identificado con la murga, pero la realidad es que mi trabajo está mucho más ligado a la gestión. Los pasos más importantes los fui dando a través de viajes, estuve en Uruguay, Brasil, Bolivia, México, Cuba y España investigando el carnaval; todo me fue ajustando el cerebro porque fui viendo que el carnaval era un dispositivo interesante...

-Como disparador...

-Buenos Aires tenía agrupaciones muy imponentes e importantes que prácticamente eran el carnaval transportado de los europeos y en realidad cuando eso se analiza con el tiempo quedaba a la vista un drama de la sociedad. Esa gente venía acá queriendo estar de alguna manera y se ponían ese carnaval encima y competían con los 'negros' o los grupos gauchos de acá. Borrada esta cuestión por el desarrollo de la sociedad de repente las murgas se han convertido en herederas de todo ese derrotero. Para mí, la murga hoy pone algo más en escena que un baile. Hay grupos más ortodoxos, otros que no quieren estar con la Municipalidad ni quieren cobrar una entrada, grupos que hacen estrictamente trabajo social. La murga es una extensión para juntar a la gente y dar alternativas. Un chico empieza a tener el tiempo ocupado y después comienza a educarse en ese espacio: primero baila, después canta, piensa un tema y se mete en un clima más de creatividad que de tiempo perdido, entonces eso genera un disparador, que no es una murga que va a subir al escenario y va a ser profesional. La murga es un dispositivo independiente, libre, que ha tomado a la juventud en todo el país, excepto en las regiones donde el folklore es totalmente distinto.
"Todo por hacer"
-¿Cómo influye la situación social?

-Se siente, pero al mismo tiempo hay como una cuestión de lo general. Las sociedades están tendiendo a que el hombre no haga nada, si uno mira todo el día televisión no sale a la calle. Entre el cable, el miedo que ya está instalado y el lío para mantener a la familia prácticamente nos convierten en un hongo. Estos dispositivos son una alternativa, el mundo es un reverendo lío, pero la gente puede juntarse y transformar la realidad...

-Al menos aislarse por un rato...

-La frase de la inmigración nosotros bien la podemos tomar: 'está todo por hacer'. Ahora eso necesita una evaluación y una discusión, digo que si cien tipos se ponen de acuerdo se arma un desastre. En Buenos Aires hicimos un desastre de nada, fui y toqué la puerta de un Centro Cultural y me dijeron que le metiera para adelante. Pasamos de una meseta de diez murgas a doscientas, fue trabajo nada más y ponerse de acuerdo con gente.

-¿Por qué este tipo de movimientos culturales subsisten más a pulmón y pocos se animan a poner plata?

-El poder lo compra todo. En el año más importante de la murga me llamaron del Parque de la Costa para que montara un carnaval. Me pagaron lo que pedí, un delirio, monté un espectáculo con los bolivianos, con máscaras venecianas, con todo... es decir que el poder lo compra, el poder si quiere te hace un corso, pero no le interesa hacerlo, te lo pasa por televisión para que no haya comunicación.

-¿Qué es lo que nunca deja de decirle a sus alumnos?

-Creo que la alegría es una herramienta de trabajo, el optimismo es fundamental. Lo que tiene la murga es un baile absolutamente vital, agiliza, saca una energía y eso tiene que ser aplicado a la vida misma. Generalmente cuando hago los talleres lo que menos me importa es que la gente haga murga toda su vida, porque cuando fui chico me permití otra cosa. La murga puede ser un puente o algo en sí mismo. En los talleres hay que estar atento, para algunas personas sirve como un dispositivo, después volarán donde tenga que ser. Siempre es una instancia de crecimiento y de relación con lo social.

-Y la alegría es una herramienta, algo así como experimentar el carnaval toda la vida.

- En realidad lo que planteo es que la sociedad está carnavalizada, entonces es como que la fiesta es poderosa por momentos y después se contrae. El carnaval toda la vida no se puede sostener, pero sí el optimismo del trabajo. Vengo desde hace muchos años y para mí es una educación, más allá de que vengo hace más de 13 años lo interesante es lo que uno aprende, es lo interesante del concepto de taller. Un venezolano decía buscaba el carnaval en los pueblos donde no existe, para mí fue una frase muy importante, porque me gustaría encontrar ese espacio tapado, pintado, oculto o distinto de un pueblo.

- Un desafío.

- Exactamente. Después lo encontrás y es una especie de samborombón en el que uno debe elegir qué hacer.

-¿Se ha dado cuenta de la magnitud de su trabajo? Es una figura central dentro del movimiento. Un referente cultural.

-Hay que tener cuidado. Estoy en un retiro total, porque para mí lo interesante es permanecer. En los discos eso está claro, en mi carrera musical saqué 'Murga, vuelo brujo", "La Sopa de Solís" y "Pacha Momo" y quien quiera entender la búsqueda va a tener que escuchar esos discos. Uno debe buscar la manera de permanecer y al mismo tiempo no quedarme como un viejo. No me puedo quedar en ese carnaval que ya no existe más, el carnaval que se viene es el que van a llevar en el ánimo los pibes que están danzando en el país. Uno tiene que saber reciclar lo que sabe con lo que viene, sino queda como un viejo loco con un bonete y soñando con un carnaval que nunca va a venir.

sábado, 14 de diciembre de 2019

2016 HOY NO HAY CLIMA DE CARNAVAL



* NOTA CORRESPONDIENTE A LA PUBLICACIÓN DEL DÍA 03 DE FEBRERO DE 2016

“HOY NO HAY CLIMA DE CARNAVAL

Gualberto “Coco” Romero* coordina desde hace 26 años los talleres de murga del Centro Cultural Rojas. Es músico, tallerista e investigador de una tradición que es milenaria, en el país y en el mundo. Tiene voz más que autorizada en el tema y, a pesar de ello, no oculta su pesar cuando admite que en el país “hoy no hay clima de carnaval”. Con miras a los feriados de lunes y martes, sostiene que los carnavales barriales “no son publicitados” y “sólo se impulsa a los carnavales establecidos”

“En las grandes urbes, el carnaval depende mucho de la coyuntura política. Y en un cambio político semejante como el actual, donde los organismos de Cultura están inmersos en otras problemáticas, hoy no hay clima de carnaval. Es increíble, una fiesta milenaria que se celebra en el mundo occidental y cristiano con una energía y un poder creativo, pero acá en Buenos Aires hace una semana ni se mencionaba la palabra carnaval”, señaló y criticó: “El fin de semana se largan los corsos en la Ciudad y la propaganda apareció hace dos días”.

En otro orden, también repudió la agresión a los chicos del Bajo Flores que ensayaban con la murga "Los Auténticos Reyes del Ritmo" y que resultaron heridos en medio de un operativo de Gendarmería y la Federal con vecinos de la zona.

“La gente me ha llamado a mí para preguntarme, pero la información no es clara. Me parece una locura tirar tiros donde hay niños”, señaló.

Pedido a las autoridades. Coco Romero ama el carnaval. Le dedica sus años, su cuerpo, sus cuerdas vocales y su trabajo desde hace más de dos décadas. Básicamente, su vida. Es por eso que pide “espíritu crítico” a las autoridades. “Si existen nuevas autoridades políticas y culturales en el país y les interesa, hay que hacer algo seriamente. En el estado en que estamos es complicado porque hay que darle organicidad a la creatividad de los jóvenes”, señala.

Y reprocha que “la política usa y abusa, pero cuando llega el momento, no colabora”. “Existe una murga que es de Olavarría, como muchas otras de muchos otros barrios, que trabaja desde hace 15 años. Es una asociación civil que se banca todas porque el movimiento murguero es a pulmón, pero ¿Qué hace el Estado mientras tanto? Contrata espectáculos y trae las murgas más poderosas”, criticó.

“Traen a 'Marí Marí' o a 'Agarrate Catalina'. Esta bárbaro, pero no se invierte en lo propio para que haya otros resultados. Gastan fortunas en carnavales establecidos y a lo propio no lo podemos levantar”, ”, asegura y cuenta que, en la propaganda oficial de la Ciudad, se emite “un minuto y medio con música brasilera”. “Eso te dice todo”, cuestiona.

El carnaval y la coyuntura. Coco trabaja todos los días en el Centro Cultural Rojas, donde organiza encuentros con banderines, tertulias de carnaval, presentación de discos y espectáculos con las nuevas tendencias de la murga, pero sostiene que eso “debería hacerse desde los organismos culturales de la Nación”

“Nosotros en el Centro Cultural Rojas hemos apostado al tema y trabajamos en consecuencia, pero con eso solo no alcanza”, sostiene y asegura que “el carnaval siempre se vio afectado por la coyuntura propia de los vaivenes de la política argentina”.

“Teniendo en cuenta la restitución reciente del carnaval con los feriados, no hay todavía suficiente tiempo para la cura del cuerpo carnavalesco. En todos los países donde en este momento se ejercita un carnaval poderoso, con una musculatura buena, es porque no han dejado de hacer gimnasia. Nosotros, en cambio, somos un cuerpo atrofiado que durante 36 años estuvimos encerrados en una habitación con un carnaval en la mente y no con un carnaval en el cuerpo y en la realidad”, reflexiona.

Y advierte que esa situación es notoria a nivel nacional. “En lugares donde no paró, como el Norte argentino, Jujuy o Salta con influencia en este caso del carnaval poderoso de Bolivia, en nuestro Litoral, Corrientes y Gualeguaychú con la impronta afrobrasilera, se convirtieron en emprendimientos económicos. Entrado a la industria cultural, vos ves un tipo de carnaval, pero el resto es muy difícil porque no hay impulso”, admite.

“El carnaval nuestro compite con carnavales súper organizados como en Brasil, Uruguay y Bolivia. Pero hay potencialmente un público al que le interesa seguir viendo el carnaval barrial, que hay que seguir manteniendo como folclore natural, además de dar apoyo a todos los jóvenes que brindan naturalmente su creatividad y sus sueños”, resalta y se le nota el entusiasmo y las ganas en cada palabra, gatilladas no con agresión, sino con el sonar alegre de los redoblantes que esperan volver a llenar de fantasía las calles.

*Gualberto es Asesor y Curador en el Área Culturas Populares y Urbanas del CCRRojas de la UBA.

Cintia Vespasiani

jueves, 12 de diciembre de 2019

2018. Presentación del libro "EL UNIVERSO CREATIVO DEL CARNAVAL" en el Rojas...

 2018  CULTURA POPULAR  Mayo
EL UNIVERSO CREATIVO DEL CARNAVAL
SELECCIÓN DE TEXTOS DE LA PUBLICACIÓN EL CORSITO
LA TRADICIONAL PUBLICACIÓN DEL CENTRO CULTURAL RECTOR RICARDO ROJAS SOBRE EL CARNAVAL, EL CORSITO, AHORA REÚNE EN UN LIBRO COMPILADO POR COCO ROMERO (COORDINADOR DEL ÁREA CULTURAL POPULAR) UNA SELECCIÓN DE TEXTOS SOBRE EL UNIVERSO CREATIVO DEL CARNAVAL.
2018 / 106 páginas
ISBN 978-987-1862-25-2

“Momo volvé, nosotros te queremos”. Con este lema debutó, en el verano de 1995, EL CORSITO, publicación de distribución gratuita que reúne material de divulgación y consulta sobre el carnaval. Si cada época impuso sus preferencias de estilos y gustos estéticos, EL CORSITO arrancó a contramano de los formatos periodísticos. Juntó la reproducción y cita de textos sobre el carnaval; piezas literarias de todo tipo, investigación, crítica y reflexión a modo de ensayo; también ficción, creación estética, imaginación y poesía; con información variada, sobre todo de las actividades de su casa el CCRRRojas – UBA o de las andanzas de su editor, Coco Romero.
En EL UNIVERSO CREATIVO DEL CARNAVAL hay colaboraciones de Tulio Carella, Enrique Syms, Teodoro Klein, Héctor Ariel Olmos, Leda Valladares, Horacio Spinetto, Ricardo Santillán Güemes, Juan Travnik, Alberto Muñoz, Rubén Pérez Bugallo, Antonio Céltico, Olga Fernández Latour de Botas, Roberto Arlt y Manuel J. Castilla entre otros.
El universo creativo contiene el índice de los 47 números de El Corsito que además se encuentran en formato PDF en el portal del Rojas. www.rojas.uba.ar
Sobre EL CORSITO
EL CORSITO es una publicación de distribución gratuita del área de Cultura Popular del Centro Cultural Rector Ricardo Rojas, ésta entraña una experiencia de divulgación y consulta sobre distintos aspectos del Carnaval que permitió ingresar la temática en el circuito de la educación formal, como material de consulta para las escuelas, colegios y jardines de infantes que lo solicitan. Asimismo, posibilitó el contacto e intercambio con instituciones y particulares que investigan y celebran e interesan por esta fiesta, en el país y en el exterior.
Durante los veinte años de la salida de la publicación (1995-2015) contó con una tirada de 8000 ejemplares por edición.
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martes, 10 de diciembre de 2019

2006 CAFE CULTURA Corrientes café El Mariscal. Secretaria Cultura Nación

29/09/2006 - 21:00 / Ellitoral.com.ar / CulturaCULTURA
“Coco” Romero en una charla abierta 
que recopila historias carnestolendas

“Coco” Romero y su visión murguera para 
“Café Cultura Nación”, esta tarde a las 19 en “El Mariscal”.

Continuando con el ciclo que desde el Ministerio de Cultura de la Nación se implementó en el 2005 y con el apoyo de la Subsecretaría de Cultura local, esta tarde a las 19 estará en el café de Salta y Carlos Pellegrini, el músico, investigador y docente “Coco” Romero.
Romero centraliza su actividad dictando seminarios y recopilando historias sobre la tradición oral del carnaval del país. Brinda además asistencia técnica a distintos grupos carnavaleros de la Capital y del interior del país. Coordina el área “Circo, murga y carnaval” del Centro Cultural Ricardo Rojas (UBA) y tiene a su cargo los talleres de murga del Centro Cultural Rojas, desde 1988.
Realizó viajes de investigación a Río de Janeiro y San Pablo (Brasil), Distrito Federal y Guadalajara (México), Oruro (Bolivia), Cádiz (España), La Habana y Santiago (Cuba).
“Café Cultura Nación” propone conocer a este investigador y transmisor en vivo y en directo, para saber un poco más de aquello que su amplio currículum informa.
“Coco” Romero comienza la actividad musical con la formación del conjunto: “La Fuente” 1978/ 1983.
Durante 1980/1981 genera “La Aldea”, grupo que interpreta canciones del folklore tradicional y de proyección, incorporando nuevos temas al repertorio buscando la unión de elementos de la estética murguera- urbana, a través de la gráfica, el baile y los disfraces.
Trabajó en la educación divulgando el folklore del noroeste argentino en los proyectos “ La Música va a la escuela” y “La música de todos” con los grupos“Coquena”, 1986/ 1989 y “Colibrí” en el 1991.
Forma “Los Caballeros del Caño” 1989/ 1991 agrupación definidamente enrolada en el cancionero porteño, con sonoridad murguera, que se acentúa con el Centro Murga “Yo lo vi”, 1992/1996 con un repertorio mas carnavalesco. En el año 1994 graban el CD: “Murga, vuelo brujo”. Sigue adelante con la banda “ La Brillante”, 1997/ 2001 con la incorporación de instrumentos de vientos y eléctricos, graban “La Sopa de Solís” en 1999. Al terminar el 2001 le da forma al coro de carnaval “La Matraca”.
En febrero 2004 sale el CD: “Pacha-Momo”.
El trazo inconfundible de Enrique Breccia ha plasmado en cuarenta cuadros de historieta el trabajo de investigación y guión histórico realizado por Coco Romero con relación a la memoria del carnaval porteño, como aporte a la promoción de esta fiesta popular.
En su breve desarrollo se observan los vaivenes de la distinta suerte corrida por la agrupaciones carnavalera, desde aquel retumbar bullicioso de los tambores negros hasta el típico bombo y platillo de la murga de hoy.
La primera edición fue auspiciada por la Dirección de Acción y Promoción Cultural. Secretaria de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires en el año 1989.
Creación de guión de la historieta Carnaval Porteño (Una historia en historieta) con dibujos de Enrique Breccia.
“En el año 1989 durante la gestión de Horacio Salas como Secretario de Cultura de la Municipalidad de Buenos Aires, fui convocado por el Director de Acción Cultural el arquitecto Adolfo Rimedio a trabajar en un proyecto de recuperación del Carnaval Porteño. A partir de la coordinación de reuniones con instituciones y personajes carnavaleros del barrio de la Boca, se me ocurrió presentar un trabajo histórico en formato de historieta para distribuir en los festejos organizados por la Dirección, contacté al prestigioso dibujante Enrique Breccia y le entregué el guión que ilustró con su inconfundible trazo”, dijo a la prensa.

2018 Es imposible prohibir la alegría, marzo MUSEO DEL TRAJE


https://www.cultura.gob.ar/murgas-una-practica-que-cuida-la-memoria_5532/

En el marco de las conmemoraciones por el 24 de marzo, en el Museo de la Historia del Traje, grandes murgueros afectados por la dictadura militar, contaron cómo y por qué las murgas son un espacio para ejercer memoria.

Coco Romero: “Es imposible prohibir la alegría”

Conocido como Coco Romero, Gualberto Elio Milagro Romero tiene 62 años y se dedica a la murga y el carnaval desde hace 40. Atravesado por la violencia dictatorial, para librar la lucha cultural a la represión, en 1977 fundó un grupo de murga que marcó a diferentes generaciones: “La fuente”.

“Hice la colimba en el año 1976, pertenezco a una generación que peleó contra la dictadura desde los espacios de la cultura. El 76 me marcó. De todo ese periplo tengo compañeros desaparecidos, empezando por mi compañera de entonces: tiene una baldosa en la calle Rivadavia. Fuimos signados por la violencia de la dictadura. Como jóvenes, en ese momento nos expresábamos y buscábamos una alternativa a través de las disciplinas artísticas. Yo me sentí siempre muy atraído por la murga, así que un año después, en el 77, con un amigo nos encontramos en una pensión de San Isidro y un año después, hace 40 exactamente, fundamos un grupo llamado 'La fuente', que actuó desde el 78 hasta el 83. Los discos están y en ellos se puede dar cuenta de los desaparecidos, de los pibes de la calle, de la conquista. Nos salvó la vida poder hablar de lo que estaba pasando, y todos los jóvenes que nos seguían utilizaban este espacio que ofrecía La fuente: nos encontrábamos a través de la poesía y la música. Con la murga en un momento yo recordé mi infancia de felicidad y compuse una canción que se llama 'Dónde fueron los murgueros', que fue parte del repertorio. En todos los recitales de La fuente terminábamos con ese tema. Es más, yo escribí en algunas partes que todo comenzó con una canción que yo le canté a mi infancia feliz mientras, en el 76, un decreto prohibía la aparición del carnaval en el calendario. Yo, siendo joven, me preguntaba '¿cómo van a prohibir esto?'. 'Es imposible prohibir la alegría'. Yo me crié en el barrio de Belgrano R y ensayábamos en el terraplén de la estación. Esta canción cuenta ese momento de mi infancia:

'Dos camiones con baranda/ los trajes con lentejuelas
dos camiones con baranda/ y palmeras como techo.
Reunión en el terraplén/ con estrellas en el suelo
y una sola lamparita/ cuando se apagaba el sol'

Y al margen que contaba esa infancia feliz, de repente decía: 'Eo eo eo eo, dónde fueron los murgueros, eo eo eo eo dónde fueron a parar'. Los pibes se ponían a bailar murga. Esa señal fue para mí la más significativa durante la dictadura: cómo las catacumbas culturales sirvieron para hacer de alguna manera la resistencia de un fenómeno de la cultura popular que siempre estuvo ignorado, pero que especialmente, a través de un decreto, quisieron silenciar y fue imposible. La fuente fue un grupo que actuó en estadios. Llenamos Obras sanitarias, cantamos en la cancha de Vélez. Había miles de jóvenes que peleábamos por vencer a la dictadura con nuestras armas, y nuestra arma durante todo el período de la dictadura fue la cultura. Quizás lo hicimos para mitigar el dolor, a veces siento corporalmente cuestiones que me pasaron y, de repente, la pérdida de gente querida es algo que si no te pasa es muy difícil de transmitir, pero a nosotros ese espacio festivo nos curó. Quizás la alforja para resistir todo el camino estuvo en la alegría recibida, en los momentos más difíciles de la sociedad, de todos los compañeros. A nosotros, cantar lo que pasaba nos curó, y para los jóvenes que nos escuchaban las canciones también fueron significativas para tirar una esperanza hacia adelante y encontrarnos en un tiempo distinto”.

lunes, 9 de diciembre de 2019

2006 HISTORIA DE UN VIAJE COLECTIVO. Presentación del libro en el Rojas. Nota de La Nación.



LA NACIÓN | ESPECTÁCULOS | MÚSICA
Historia de un viaje colectivo

Coco Romero presentó su libro sobre la murga porteña
Mauro Apicella
21 de julio de 2006
El primer corso oficial de Buenos Aires se realizó en 1869 pero ninguna crónica de la época habla de murgas en aquel festejo de carnaval. Sólo para a principios de 1880 comenzó a sonar esa denominación. Existe un relato de 1884 donde un periodista afirma: "Esto va a ser una plaga".
Coco Romero recordaba ayer, en el Centro Cultural Rojas, esta anécdota con una sonrisa en el rostro. Tal vez porque en los últimos años la murga porteña se expandió como plaga; tal vez porque él (investigador, músico y murguero) finalmente presentó un libro donde explora más de cien años de murga (desde su origen hasta las influencias y la evolución).
El libro de Coco -"La Murga Porteña, historia de un viaje colectivo"- es necesario para conocer el camino de esta expresión cultural tantas veces bastardeada. Sirve para que la palabra murguero no tenga acepciones peyorativas y para que el presente de estas agrupaciones devotas del carnaval se conecte de mejor manera con su pasado.
En esta publicación de editorial Atuel, con bastante documentación de textos y fotografías, se indaga en la conformación de la murga porteña y en sus posibles orígenes en expresiones gaditanas mezcladas con influencias cubanas ("en la primera parte hay bastante de ensayo", explicó el autor durante la presentación).
Luego, las posteriores influencias que tuvo ya instalada en el Río de la Plata: la milonga en el origen rítmico, el tango prostibulario, el circo criollo y las agrupaciones humorísticas que aparecieron antes de que surgiera la murga con esa denominación, entre otros elementos que se fueron sumando con los años.
Por capítulos, el investigador se refirió a la murga inmigrante, a la crítica social -con la ironía instalada por José Podestá y su personaje circense Pepino el 88- a las murgas humorísticas, a los centros murga y los talleres que comenzaron a funcionar en el Rojas, en 1988.
Varios de los capítulos están atravesados por testimonios y homenajes a murgueros legendarios. De ahí que para la presentación del libro, además de algunos comentarios que resumieron el material (del prologista Ricardo Santillán Güemes y de Romero) hubiera un poco de murga en vivo.
Coco y su grupo la Matraca subieron para recordar viejos cantos y personajes como Nariz, muy queridos en el ambiente, y para rendirle tributo a músicos como Alejandro del Prado, que tomaron elementos de esta expresión para volcarlos en su música.
Todo un coro de carnaval
Bombo con platillo y redoblante, siete personajes que pusieron sus voces (el preso, la monja, pepino, el gaucho y el arlequín, entre otros) y Coco, que también puso su voz y su guitarra. Todos ellos fueron de la partida para colorear la presentación del libro junto a algunos invitados.
Porque también subieron bailarines como el veterano Daniel "Pantera" Reyes y el joven ricotero Gastón Santamarina, de los Endiablados de Villa Ortúzar, y un cantor como Carlos Paltrinieri, de Los Inquietos de Monte Castro. Después se escucharon temas como "La murguita de Villa Real", de Del Prado, que a estas alturas ya es un clásico de la música rioplatense hecha en Buenos Aires, y piezas que Romero escribió en distintas época de su carrera.
El relato de éste tiene datos y opinión y, según el autor, "fue una manera de cerrar una etapa". El recorrido de la publicación termina en 1996, cuando los talleres del Rojas dieron paso a las creación de murgas y esas murgas salieron del centro cultural para presentarse en otros escenarios.
Pero la historia no terminó ahí ya que sin hurgar demasiado se puede comprobar el crecimiento de este movimiento (incluso como expresión artística que no depende únicamente del carnaval) durante la última década. Las cifras lo demuestran, igual que la última palabra que Coco escribió en su libro: "Continuará".




2011 Reconocimiento a Los Quitapenas la primer murga del Rojas

https://www.legislatura.gov.ar/_post_old.php?ver=1473
9 de septiembre 2011
Reconocieron a la agrupación murguera Los Quitapenas

El acto se realizó en el Salón Dorado al cumplirse 20 años de trayectoria del grupo. Fue organizado por el diputado Raúl Puy.
La agrupación murguera Los Quitapenas recibió un reconocimiento de la Legislatura durante un acto realizado esta tarde al cumplirse 20 años de actividad difundiendo y promoviendo la cultura popular porteña. El evento fue encabezado por el diputado Raúl Puy (Diálogo por Buenos Aires), presidente de la Comisión de Cultura y autor de la Resolución 522 del 2010 que dio origen al homenaje.
El diputado Puy recordó que "el feriado de carnaval había sido derogado durante la última dictadura militar y que tanto la Ciudad de Buenos Aires como la Nación, más recientemente, recuperaron esta fiesta". En el Salón Dorado se multiplicaron los colores y brillos de los trajes de las y los murgueros, grandes y pequeñitos, aplaudidos en su ingreso y también luego de que agradecieran la plaqueta que recibieron, símbolo del tributo.
Trayectoria de la Agrupación
"Los Quitapenas" inició su actividad en el 1990. Nacieron en el Taller sobre Murgas, Comparsas y Agrupaciones Humorísticas dictado en el Centro Cultural Ricardo Rojas, dependiente de la Universidad de Buenos Aires, con Coco Romero y Ricardo Santillán Güemes como impulsores fundamentales. Ese año había tan sólo 10 murgas en la ciudad. Hoy, 200 agrupaciones se pasean por los corsos porteños de Boedo, Caballito, La Paternal, Liniers, Parque Patricios, la Villa 31 de Retiro, San Telmo, La Boca, Pompeya y Villa Urquiza, entre otros.
Montaron también espectáculos en el Centro Cultural San Martín, el Centro Cultural del Sur, el Circuito Cultural Barracas, el Teatro de la Ribera, el Teatro Regio, el Centro Cultural Ricardo Rojas, la Biblioteca Nacional, el Teatro UTA, el Teatro Luz y Fuerza, ATE, Luna Park, los anfiteatros de Mataderos y Parque Centenario (donde compartieron una memorable presentación con la muchas veces premiada murga uruguaya Agarrate Catalina), La Trastienda, o el Estadio Obras. También actuaron en Bragado, Chascomús, Chivilcoy, Santa Rosa y General Roca, entre muchas presentaciones.
Festejando sus veinte años de vida, están presentando Febreros, una colección de canciones que hablan de la pasión del murguero, los encuentros carnavaleros y la realidad nacional. Los Quitapenas son integrantes de la Asociación Civil M.U.R.G.A.S. y del Encuentro de Músicos Rioplatenses.



domingo, 8 de diciembre de 2019

2003 "Las andanzas de Don Carnal" en el Rojas. El arte del cirujeo


Foto Pablo Siquiroff



Diario La Prensa Juan Carlos Fontana
La tendencia se posicionó en el ciclo 
"Las andanzas de Don Carnal" 
Centro Cultural Rojas 2003…

El carnaval y el arte del cirujeo
La propuesta seguirá hasta marzo, con actuaciones de todo tipo. Se festejaron los ocho años de "El Corsito" que dirige Coco Romero. Mauricio Kartún y Luciana Vainer, de la murga "Los Quitapenas", hablan de los disfraces y las mascaritas.
Para Luciana Vainer el bombo y el platillo son el corazón de la murga.
La muestra multidisciplinaria "Las andanzas de Don Carnal" fue organizada por el Centro Cultural Rojas, que incluyó además el festejo por el octavo aniversario de "El corsito", una publicación referida al carnaval y la cultura popular, que dirige Coco Romero y edita la misma institución que depende de la Universidad de Buenos Aires.
El ciclo que se está realizando en Corrientes 2038 y continuará hasta el 8 de marzo, se dividió en bloques temáticos. El primero estuvo referido al carnaval porteño, el segundo al latinoamericano y el tercero y cuarto a una serie de reflexiones sobre la historia y los contenidos del carnaval como fenómeno masivo.
Dentro de este último esquema, el martes 4 de marzo, a las 20.30, el dramaturgo Mauricio Kartún dictará una conferencia a la que tituló "Archivo Mascarita: una experiencia de cirujeo cultural", que tiene su precedente en la exposición de fotos antiguas de su colección personal, que el autor presenta en la Fotogalería del teatro San Martín, hasta 2 del mes próximo.
Pero antes de referirnos a la charla de Kartún es bueno recordar que el ciclo comenzó en mayo con una serie de interesantes propuestas.
Entre otras, las actuaciones de la murga "Los Quitapenas" -nacida hace diez años en el Rojas, a partir de los talleres de murga dictados por Coco Romero- conformada por treinta integrantes, entre bailarines, cantantes y percusionistas y el jueves 27, a las 21, se presentará "Boquitas pintadas" un espectáculo de la murga "Los Colifatos de la llanura", de General Villegas, provincia de Buenos Aires.
El especialista Yaguareté Flúor dictó un seminario sobre las distintas formas que adquieren los festejos del carnaval en la Argentina, enfocado hacia el desarrollo turístico local. Y el mismo Coco Romero presentó al coro de carnaval "La matraca", que se especializa en recuperar olvidadas melodías de la fiesta de Momo.
Se realizó un taller de tambores rioplatenses, en los que se trabajó sobre el candombe, la milonga y el sonido del carnaval y se habló de las fiestas que se realizan en Oruro, Humahuaca y en Gualeguaychú.
UN CORSO INTIMO
"Archivo Mascarita: una experiencia de cirujeo cultural" que dictará Mauricio Kartún, surgió de su propia búsqueda de entusiasta coleccionista, desde hace muchísimos años de imágenes ligadas al carnaval.
Esas viejas fotos, postales, que el autor de "Chau, Misterix" y "Rápido nocturno: aire de fox trot" fue encontrando en la calle, en locales de venta de revistas usadas y que a fines del año pasado convirtió en una exposición de fotografías, ahora tomó el formato de conferencia.
""En su costado más formal este archivo intenta documentar esa teatralidad popular que amo: la de los viejos carnavales y su más insólita y creativa artesanía: el disfraz"", explica Kartún, en el catálogo de su muestra.
En su afán de coleccionista, el dramaturgo dice que encierra una cierta obsesión lúdica. ""Desde los diez años que junto figuritas. Tengo cajas y cajas, con miles de fotografías. Diría que es un "corso íntimo", que monto en mi mesa cuando me da la gana, para divertirme como en la infancia"".
A continuación el escritor que hizo la adaptación de "El zoo de cristal" y "Romeo y Julieta" de Shakespeare, que actualmente Alicia Zanca ensaya en el teatro Regio, dice que esa selección de fotos, ""representa de manera cabal el espíritu del corso. Su multitud disfrazada, la ingenuidad de sus poses, la insondable melancolía de algunas miradas, que esos casi anónimos fotógrafos de barrio, con sus precarios fondos decorados y sus coloreados magistrales registraron con belleza, con arte, representan esta costumbre mítica y maravillosa de ser una vez al año ese otro que se esconde detrás del antifaz"".
LOS JOVENES QUITAPENAS
En la otra punta de este "iceberg" murguero, Luciana Vainer que desde su inicio, hace doce años atrás forma parte de "Los quitapenas", dice que la murga tiene treinta integrantes entre los dieciocho y los cincuenta años ""y la gente nueva que integra la murga se acercó porque se identificó con lo que hacemos"".
Si bien se formaron durante tres años en los talleres del Centro Rojas, en la actualidad el grupo ensaya en un colegio de Constitución. Aunque es una de las pocas agrupaciones que no pertenece a un barrio en particular. Actúan en corsos y, como en el caso de Luciana, algunos de sus integrantes se dedican a dictar talleres de formación para nuevos murgueros, en colegios y centros culturales.
A "Los Quitapenas" se los identifica a través de dos colores: el violeta y el naranja y heredan su nombre de una vieja murga que existía en el barrio de Palermo. Dedicados a la investigación musical y teatral, tienen dos CD grabados: "No cabe la retirada", grabado en el 97 y "Con el corazón en fuego", una recopilación de glosas, canciones y anécdotas de la década de 1940.

Entre las próximas actividades del ciclo "Las andanzas de Don Carnal" , el 5 de marzo habrá un taller y una conferencia sobre el bufón y la comedia del arte; el 6, se presentará el libro y la performance: "Introducción a la percusión de la murga porteña", por Zelmar Garín; el 7, Miriam García, discípula de Leda Valladares, dictará una jornada sobre la poética y mística en el carnaval del noroeste argentino y el 8, para el cierre de la muestra, habrá una peña carnavalera.


2019. Literatura y el Carnaval y el universo creativo del Carnaval


https://www.eldia.com/nota/2019-2-24-7-49-52-la-literatura-y-el-carnaval-septimo-dia
La literatura y el Carnaval
La dualidad entre lo pagano y lo religioso. Las fulminaciones bíblicas frente a las “celebraciones de la carne”. Los escritores y el valor creativo y vigente de las murgas.

Por: MARCELO ORTALE
marhila2003@yahoo.com.ar
24 de Febrero de 2019 | 07:49
Edición impresa

De origen pagano, el Carnaval encontró su razón de ser en los excesos. En su origen fue una fiesta permisiva y descontrolada. La antigua Biblia lo fulminó, porque lo vio como una celebración de la carne: “Manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios”.

Pero cuando la Iglesia dominó a la Roma pagana, hubo un acercamiento. Al cristianizarse el imperio romano, la Iglesia intervino en los “saturnales” y les dio otra significación. La palabra “carnaval” es latina, viene de “carnelevarium”, que quiere decir “quitar carne”, para aludir así a la prohibición de consumo de carne durante los 40 días que dura la cuaresma católica.

El Arcipreste de Hita (1283-1351), al que se considera como fundador de la literatura medieval española, en “El libro del buen amor” describió esa dualidad en la pelea que les hace librar a Doña Cuaresma y Don Carnaval: “De mi, Doña Cuaresma, justicia de la mar, alguacil de las almas que se habrán de salvar, a ti, Carnal goloso que nunca te has de hartar, el Ayuno en mi nombre te va a desafiar”.

El bajo pueblo usó al Carnaval como atalaya para hacerse ver y sentir. La literatura siempre supo que había algo más en esos festivales populares de colores, de máscaras, de música, de sensualidad y de alegría tensa, traída desde la raíz profunda de lo humano. Se dice que el Carnaval más antiguo y arquetípico –el de Venecia, aún vigente- hizo que la gente noble quisiera divertirse junto al pueblo, pero protegida por disfraces.
Sobre la esencia de esta fiesta, puede leerse “El carnaval de Roma”, de Goethe (1749-1832). El recorrido por Roma y sus descripciones maravillosas se detienen de pronto en el fastuoso y heterodoxo desfile cultural que pasa delante de sus ojos, el rito pagano enfrentado a la celebración religiosa: “Es preciso haber asistido al carnaval en Roma para perder por completo las ganas de presenciarlo de nuevo en otra parte”, escribe.
“La murga es y será un fenómeno de orillas, de los bordes de la ciudad, un espacio del pueblo”
Existe otra nota dominante en el Carnaval, que los escritores se han encargado de transmitir, relacionado al desafío casi insurgente que transmite. El Carnaval supone una invasión de territorios habitualmente prohibidos. De este espíritu transgresor se ocupó el teórico Mijail Bajtin (1895-1975), creador del concepto de “literatura carnavalizada”. El tema es complejo y fascinante.
El crítico mexicano Juan Pablo Patiño Káram aporta una referencia singular, relacionada al humor en Borges, cuando dice que “en algunos de sus cuentos, presenta una aniquilación de la noción de realidad objetiva y del Yo sustancial para proponer un estado de existencia alterno, el de la palabra. Este proceso lo realiza de modo humorístico. Parodia los cánones e ideas establecidas, degradándolos al punto de proponer su inexistencia, pero a la vez afirma el verbo como génesis de cualquier realidad posible. El tipo de humor al que me refiero es el humor carnavalesco de la Edad Media, teorizado por Mijail Bajtin”.

Venecia el más antiguo. Río de Janeiro el más convocante, con públicos que se acercan al millón de personas, con un inagotable manantial de sambas extraídas de las favelas cercanas. Montevideo, el más extenso de todos cuya fiesta central dura 41 días seguidos, con las murgas decidoras de letras zumbonas y rebeldes.

Entre nosotros, dos centros dominantes. Los carnavales del Norte argentino y el de Gualeguaychú, este último nacido con esplendor en 1870, luego desvanecido y finalmente resucitado hace cuatro décadas, en donde la fiesta expresa como en pocos otros lugares la tradición hispana y africana que la nutre.

Por cierto que, con mayor o menor repercusión, mejor o nada elaborado, el Carnaval late en todas las ciudades, desmerecido a veces, ignorado o denigrado, aunque igualmente cada año el sonido de los tambores de las paupérrimas comparsas de la periferia ofician de ayuda memoria, para que la gente vaya a esa confluencia de religión y paganismo.

LA LITERATURA
¿Quién mejor, entre los nuestros, que el callejero poeta porteño Raúl González Tuñón (1905-1974) para hablar del Carnaval? Dijo: “El cascabel es una flor con música/ (opinión de Adolfo Enrique)/ No hay nada más triste que una máscara suelta/ y ahora, cuando el Carnaval es triste/ pero esa lleva un gorro de cascabeles, eh/ y el cascabel es una flor con música”.

También se ocupó del carnaval, en su tercera novela, Adolfo Bioy Casares (1914-1999). La obra se llama “El sueño de los héroes” y fue publicada en 1954 por la Editorial Losada. Si bien se enmarca en lo fantástico, Bioy no se priva de presentar la magia y los sueños como fondo del argumento, ubicado en Buenos Aires y cuyo comienzo sucede en los corsos porteños de 1927. La novela tuvo su versión cinematográfica en la película que dirigió Sergio Renán en 1997.

Hace cuatro años, en Santiago de Chile se realizó un festejo masivo del Carnaval, titulado “Neruda viene volando”. En esa oportunidad, una enorme figura del poeta chileno -de 22 metros de largo y 4 metros de alto-, acompañada por una paloma gigante, un mascarón de proa, libros, caracolas y mariposas, encabezó el desfile que mezcló baile, música, teatro y poesía a través de 15 estaciones, con la participación de una comparsa central de 600 voluntarios que elaboraron la escenografía y dieron vida a la fiesta.

Otro gran americano, Rubén Darío (1867-1916), vivió un corso en la calle Florida de Buenos Aires y así “literaturizó” a los festejos, diciéndole a la musa carnavalera: Sé lírica y sé bizarra;/ con la cítara sé griega;/o gaucha, con la guitarra/ de Santos Vega./ Mueve tu espléndido torso/ por las calles pintorescas,/ y juega y adorna el Corso/ con rosas frescas/ De perlas riega un tesoro/ de Andrade en el regio nido,/ y en la hopalanda de Guido, polvo de oro./ Penas y duelos olvida,/ canta deleites y amores;/busca la flor de las flores/ por Florida:/ Con la armonía te encantas/ de las rimas de cristal,/ y deshojas a sus plantas,/un madrigal”.

Poco antes de su final, Ernesto Sábato (1911-2011) dijo: “También los carnavales de otros tiempos eran como un vómito colectivo, algo esencialmente sano, algo que los dejaba de nuevo aptos para soportar la vida, para sobrellevar la existencia y hasta he llegado a pensar que si Dios existe está enmascarado”.

LAS MURGAS
Hace algo más de dos meses se presentó en San Isidro un libro de Coco Romero, uno de los principales referentes en el país en cuanto a murgas y corsos se refiera. La obra se titula “El universo creativo del Carnaval”.

En declaraciones formuladas en octubre pasado al Boletín Cultura del Municipio de San Isidro, este hombre, salteño de origen y ahora afincado en Villa Adelina expresó: “La mitología dice que Momo es una deidad alegórica echada del Olimpo de los dioses por criticar. Ese concepto aglutina a todas las murgas, pero el Carnaval es mucho más que eso, es un dispositivo de arte creativo, en el que confluyen la pintura, la plástica, la música y la danza”.

“La murga es y será un fenómeno de orillas, de los bordes de la ciudad, un espacio creativo del pueblo, del pueblo que pinta, dibuja, lee, escribe y también del pueblo que piensa”, añadió.

El libro de Romero reúne textos literarios sobre el Carnaval, trabajos de investigación, críticas y reflexiones a modo de ensayo, ficciones, creaciones estéticas y poesías, a través de colaboraciones de Leda Valladares, Horacio Spinetto, Juan Travnik, Alberto Muñoz, Antonio Céltico, Olga Fernández Latour de Botas y Roberto Arlt, entre muchos otros.

El ultraje, la burla, las máscaras, la mendicidad, la alegría, la muerte, el dolor, la persona y su despersonalización, el hambre y la saciedad, la creatividad, el espanto, el hartazgo, el amor, la poesía todo desfilará estos días. Y habrá como siempre un escritor en los bordes de cada murga y de cada Carnaval.