Las murgas porteñas realizarán mañana el primer
encuentro del año
https://www.lanacion.com.ar/lifestyle/un-corso-a-contramano-nid195150/?fbclid=IwAR3fGucctbhbfo1WgydpdwX-3CJr0yH1F7kmZsSDs1MZx9aXxgRgDY2rBmU
Yo vi una noche, con alborozo juvenil, promediada la segunda década, improvisarse el último corso céntrico importante que tuvo Buenos Aires.
La cita, extraída de El Corsito Nº 11 (publicación dirigida por Coco Romero) pertenece a la obra de Francisco García Jiménez, Así nacieron los tangos. Después de ese recuerdo llegó el corso oficial de la Avenida de Mayo, algunos leves momentos de apogeo y su descenso definitivo promediando la década del 70, con la salida del Carnaval del calendario, por un decreto de 1976 de la dictadura militar.
Ahora la historia es otra. A poco más de un mes del Carnaval, las murgas se reproducen como por arte de magia. Surgen de los barrios, de los centros culturales y hasta los viejos murgueros, contagiados por el renacimiento, se animan a volver.
Durante todo 1998, cerca de 40 agrupaciones de Capital reunidas en M.U.R.G.A.S. desfilaron por las plazas y parques de la ciudad, con la intención de demostrar que lo suyo excede el marco del Carnaval. Los Amantes de La Boca, Matadores de Tristeza, Eso en mi Barrio es Pelea, Gambeteando el Empedrado y Los Chiflados de Almagro, son sólo muestras de un fenómeno que aún no explotó en su plenitud.
Yo vi una noche, con alborozo juvenil, promediada la segunda década, improvisarse el último corso céntrico importante que tuvo Buenos Aires.
La cita, extraída de El Corsito Nº 11 (publicación dirigida por Coco Romero) pertenece a la obra de Francisco García Jiménez, Así nacieron los tangos. Después de ese recuerdo llegó el corso oficial de la Avenida de Mayo, algunos leves momentos de apogeo y su descenso definitivo promediando la década del 70, con la salida del Carnaval del calendario, por un decreto de 1976 de la dictadura militar.
Ahora la historia es otra. A poco más de un mes del Carnaval, las murgas se reproducen como por arte de magia. Surgen de los barrios, de los centros culturales y hasta los viejos murgueros, contagiados por el renacimiento, se animan a volver.
Durante todo 1998, cerca de 40 agrupaciones de Capital reunidas en M.U.R.G.A.S. desfilaron por las plazas y parques de la ciudad, con la intención de demostrar que lo suyo excede el marco del Carnaval. Los Amantes de La Boca, Matadores de Tristeza, Eso en mi Barrio es Pelea, Gambeteando el Empedrado y Los Chiflados de Almagro, son sólo muestras de un fenómeno que aún no explotó en su plenitud.
Plegaria para un Momo dormido
Historiador del Carnaval, músico y docente, el Coco Romero hace 15 años que lucha y sufre por el regreso grande de Momo. Desde hace una década coordina los talleres de murga del C. C. Rojas y desde hace cuatro edita periódicamente El Corsito, publicación destinada a hacernos creer que todo el año es Carnaval.
"Lo interesante es que puede haber en torno del Carnaval un movimiento artístico importante -señala Coco Romero-. La convivencia de lo plástico con lo poético, lo musical, lo corporal y lo visual. Todo confluye en el Carnaval. Yo sueño con que los distintos grupos realicen una única marcha por la ciudad, un corso a contramano desde el Bajo hasta Liniers."
Eso de que la alegría no es sólo brasileña está dicho, pero hay que demostrarlo. Para Romero, está o no está, no se puede inventar. "Tampoco se debe hacer una bajada de línea con respecto al feriado, eso es para los políticos. Hoy hay que generar las cosas desde otro lado, para que el fruto caiga por su propio peso. La alegría no viene por decreto, porque, finalmente, cuando es suprimida por decreto, la alegría funciona como una resistencia natural." Con un CD bajo el brazo, Murga vuelo brujo, editado por BMG, Coco Romero prepara en forma independiente el sucesor. "Se llama La sopa de Solís y está dedicado al Once. Paralelamente, estoy preparando un videoclip y me estoy apurando para poder salir en Carnaval. El nombre del CD surge en alusión a un grupo de pintores anarquistas que hizo convivir sus pintadas con los afiches de bailanta." Insiste. El Coco no va a descansar hasta que las murgas invadan las calles. "Yo no me como ésa de que la gran fiesta está ausente porque el país es un Carnaval en sí mismo. Hay elementos concretos: no al festejo, no a la igualdad, no a los elementos rituales que han sido su esencia, como la burla al de arriba. Son cosas temidas por el poder de cualquier parte del mundo."
Historiador del Carnaval, músico y docente, el Coco Romero hace 15 años que lucha y sufre por el regreso grande de Momo. Desde hace una década coordina los talleres de murga del C. C. Rojas y desde hace cuatro edita periódicamente El Corsito, publicación destinada a hacernos creer que todo el año es Carnaval.
"Lo interesante es que puede haber en torno del Carnaval un movimiento artístico importante -señala Coco Romero-. La convivencia de lo plástico con lo poético, lo musical, lo corporal y lo visual. Todo confluye en el Carnaval. Yo sueño con que los distintos grupos realicen una única marcha por la ciudad, un corso a contramano desde el Bajo hasta Liniers."
Eso de que la alegría no es sólo brasileña está dicho, pero hay que demostrarlo. Para Romero, está o no está, no se puede inventar. "Tampoco se debe hacer una bajada de línea con respecto al feriado, eso es para los políticos. Hoy hay que generar las cosas desde otro lado, para que el fruto caiga por su propio peso. La alegría no viene por decreto, porque, finalmente, cuando es suprimida por decreto, la alegría funciona como una resistencia natural." Con un CD bajo el brazo, Murga vuelo brujo, editado por BMG, Coco Romero prepara en forma independiente el sucesor. "Se llama La sopa de Solís y está dedicado al Once. Paralelamente, estoy preparando un videoclip y me estoy apurando para poder salir en Carnaval. El nombre del CD surge en alusión a un grupo de pintores anarquistas que hizo convivir sus pintadas con los afiches de bailanta." Insiste. El Coco no va a descansar hasta que las murgas invadan las calles. "Yo no me como ésa de que la gran fiesta está ausente porque el país es un Carnaval en sí mismo. Hay elementos concretos: no al festejo, no a la igualdad, no a los elementos rituales que han sido su esencia, como la burla al de arriba. Son cosas temidas por el poder de cualquier parte del mundo."
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