sábado, 12 de marzo de 2011

1989 Los Caballeros del CAÑO EN LA FIESTA POPULAR AL BORDE DEL RIACHUELO. NOVIEMBRE

Los Caballeros en 1989, en la fiesta popular dedicada al carnaval, fue durante la gestión de Horacio Salas en la Secretaria de Cultura de la Ciudad.

La ornamentación fue realizada por el artista Omar Gasparini.



Fiesta popular en La Boca.
Algunas actuaciones de aquella época que recuerdo Liberarte, sept. 1989. / Fiesta popular en la Boca, nov. / Encuentro de murgas, Recoleta, nov. / Calle de los títeres, homenaje a J. Villafañe, nov. / Baile de F.O.R.J.A (San Telmo), dic. / Rincón de los musiqueros, P- Lezama, enero 1990. / Teatro de la Campana, junio. / Casa de la Prov. De Bs. As., agosto. / Encuentro juvenil, R. Mejía, sept. / Auditorio ATE, sept. / Baile de tango en Saavedra, sept.






1990. LA MURGA SE NIEGA A MORIR, Romero y "Los caballeros del Caño" Diario Sur

Romero y “Los caballeros del caño”
21 de septiembre de 1990, diario Sur
Por Roberto Romero Escalada

En el 78, mientras muchos volcaban su atención sobre los botines negros de Mario Kempes y sus compañeros de equipo. Coco Romero iniciaba su trabajo musical con La Fuente, un dúo que sobrevivió hasta fines del 83. Siete años después, Romero está tratando de encontrar sus modos expresivos a partir del lenguaje musical de la murga, un fenómeno colectivo barrial que tiene origen en la fiestas de carnaval que últimamente van en un lento proceso de desaparición.
“Las verdaderas murgas están desapareciendo porque los corseros prefieren las comparsas que tienen vedettes y que llaman la atención”, protesta un veterano murguero, integrante de una de las agrupaciones más tradicionales de Liniers.
Sin preocuparse en intervenir en esta lucha de sobre vivencia. Coco Romero junto con Los Caballeros del caño - nombre prestado por el poeta Raúl González Tuñon - ha preferido trabajar en el aprovechamiento del lenguaje y los códigos murgueros. No como una simple repetición, si no a partir de una investigación profunda que inició hace algún tiempo y gracias a la cual tomó contacto con casi todas las murgas que sobreviven en la ciudad y en algunas localidades del Gran Buenos Aires.
Sobre el escenario de ATE, la propuesta fue llevada adelante por un quinteto de violín, bandoneón, bajo, guitarra y bombo. Con estos recursos avanza por un universo sonoro con fuentes plantadas en las dos orillas del Río de la Plata. (...)
(...) En la voz de Romero, la poesía pasea saltarina por el pasado, a modo de recuento de alegría perdidas: el grupito de pibes de Coghlan que se divertían recogiendo sandías o se preparaban para formar una murguita con tapas de cacerola y caritas pintadas con corcho quemado; los juegos a la salida del cole, la destreza necesaria para jugar con la lecherita, una bolita blanca como los sueños infantiles (...)
(...) Como si estuvieran dando un certificado de supervivencia, aparecieron los integrantes del centro murga Los Fantoches de San Cristóbal, con sus levitas turquesas, sus pasos característicos, moviéndose con más libertad que cuando ensayan adentro de la fuente vacía de la plaza Martín Fierro (...)


1990 Imágenes de ATE con Los Fantoches de San Cristóbal

Memo tocando el redoblante.















1971. SEGUNDA AGRUPACIÓN EN LA BÚSQUEDA 1989/ 1990 . LETRA de Canción de los caballeros del caño de Raúl G. Tuñón.

LOS CABALLEROS DEL CAÑO 1989/1990 
SEGUNDA AGRUPACIÓN EN LA BÚSQUEDA DE UN SONIDO PERSONAL TRAS LA MURGA Y EL CARNAVAL... 

El nombre Los Caballeros del Caño lo tomé de un poema de Raúl González Tuñón, que llamo así a los crotos que recorrieron el país llevando sus ideas libertarias, su amor y sus locuras.

Del libro  "La veleta y la antena"  (1971) 
Raúl González Tuñón
La antigua canción de los Caballeros del Caño


Enamorados de camino, bajo la lluvia divagando con la leve linyera al hombro- donde hay lugar para el sueño-Primos hermanos del horizonte, del buen ladrón y del juglar, allá van vagando sin rumbo y a las muchachas fascinando, poetas que nunca escribieron, pintores que nunca pintaron, viviendo su propia novela, personajes de su teatro y figuras de sus barajas en la aventura malabar.

Bajo el sol de los días radiantes, ajenos a los desengaños, nunca serán ejecutivos ni solemnes filosofantes. Compinches del Buscón, O. Henry y los títeres del retablo van por la vía y van sin prisa, van caminando y caminando y le ponen música al día con sus risas y con sus cantos picarescos, sentimentales, tan alegres y tan campantes. Los Caballeros del Caño.

Ni cuáqueros ni viciosos, ni angustiados ni indiferentes, divierten a los chiquilines sorteando a los vigilantes en los inviernos agresivos y en los veranos insolentes. Protectores de las busconas fugitivas y los borrachos conocen el ángel que encierra en su alma el perro atorrante.

Los Caballeros del Caño.

Aman ver los hondos paisajes en las miradas de los caballos y también las toscas tabernas donde beben el vino del año. Cuando envejecen aún cantan, por el terraplén, bajo el puente, y cuando la muerte los llama desde la orilla silbando en la fosa común encuentran a los poetas olvidados y ven crecer rosas salvajes y descubren la estrella oculta.

Los Caballeros del Caño.

1990. Los caballeros del caño en el Auditorio de ATE. PROGRAMA CON REPERTORIO




Debutamos en la primavera del 89. la compañía estaba integrada por: Rubén Visñovesky, bandoneón; Fernando Dhaini, violín; Beto Mariani, bombo de murga y percusión; Oscar Blanco, bajo 
(querido preceptor del colegio Roca en los 70, que me aconsejo en la secundaria, que pasara a la gloriosa escuela de Bellas Artes M. Belgrano) por entonces dibujaba y tocaba el bajo.

Este programa con repertorio es la actuación que hicimos en Ate en 1990.


Hace muchos años que vengo trabajando en el tema de las murgas, agrupaciones humorísticas y comparsas del carnaval porteño. Esto me ha llevado a unir y tender puentes entre estas instituciones de la cultura popular y oros artistas de distintas disciplinas -músicos, plásticos, teatreros- tratando de generar espacios de divulgación e intercambio la prédica por suerte, no ha sido en vano, y van apareciendo hermosos hechos artísticos que hace un tiempo habían sido parte de sentidas charlas. La compañía de músicos callejeros “Los caballeros del caño” así denominada por la metáfora del poema de Raúl González Tuñón, forma parte de este proyecto donde intento junar la música de Buenos Aires, el espíritu murguero, los poetas queridos y los títeres. C.Romero.

“Los caballeros del caño” Rubén Visñovesky: bandoneón; Fernando Dhaini: violín; Oscar Blanco: bajo; Beto Mariani: percusión y coros y Coco Romero: guitarra y voz. Héctor Barreiro: títeres. Murga invitada: “Los Fantoches de San Cristóbal” Directores: Tito, Gustavo, Memo. Estandarte: Marcelo. Cantor: Cañete. Bombos: Tito, Roberto. Murgueros: Julián, Rodolfo, Daniel, Ricardo, Marcelo, Martín, Fernando y Raúl. Vestuario: Susana. 

Repertorio Los caballeros del caño (R. G. Tuñón- C. Romero). Soñando (D. Bellesi- Romero). Bolita campeona (Lucio Griffou- Romero). A la luz de la fogata (R. G. Tuñón- Cedrón). Murga y malvón (Beto Asurey). Mate amigo (Ávila- Romero). Cocinita quilmeña (Lucio Griffou- Romero). El gallo pinto (J. Villafañe- Romero). Sueño de un niño negro (J. Villafañe- Cedrón). Latinos de Buenos Aires (F. Dhaini). Donde fueron los murgueros (Romero). Cuando se viene el murgón (G. Mozzi). Agrupación humorística La Tristeza (Maruki- Romero). Siga el baile (C. A. Warren). Arreglos musicales: Fernando Dhaini- Coco Romero. Sonido: Mandy- Emilia. 

Sincero agradecimiento a Lucho Fara y Marcelo Paredes.

1989-1990 LOS CABALLEROS DEL CAÑO. Historia y nota: Murgas en Recoleta


Corría el año 89, y arme la compañía de músicos callejeros intente representar en el repertorio el espíritu popular urbano. Los juegos, sus poetas, las fiestas olvidadas. Levantamos el estandarte de las viejas bandas populares, una invitación a la alegría, el baile y a no perder la memoria, revalorizando desde allí la simbología carnavalesca, y la estética de la murga y su color, debo reconocer a la distancia que era una sonoridad cargada de nostalgia. Por entonces tenía una ensoñación con la coloratura musical del cuarteto Cedrón, debo a ese proyecto una conexión espiritual sobre todo con el trabajo sobre la poesía de Juan Gelman: Fábulas. El nombre Los caballeros del caño lo tome de un poema de R. G. Tuñón, que llamó así a los crotos –anarcos trabajadores golondrinas y rebeldes- que recorrieron el país llevando sus ideas libertarias, su amor y sus locuras.

Murgas en la Recoleta
12 de noviembre 1989 Diario Clarín.

A metros de la Biela, frente al Centro Cultural Ciudad de Buenos Aires, estaba preparado el tablado para el Tercer Encuentro de Murgas, organizado por dicho centro y por el Programa Cultural en barrios. Salía gente de la Iglesia de Nuestra Señora del Pilar cuando un cocker spaniel u un doberman se pusieron a ladrar a los bafles: "Los Caballeros del Caño", comandados por Coco Romero- uno de los “expertos” que están convocando al Primer Encuentro de Directores de Murgas y Comparsas, el 1° de diciembre en Alsina 673-, desafiaron a la meteorología. Frente al cartel que anunciaba la muestra de Martín Taylor: entre disciplina y deseo, un flaco tomaba mate de pie llevando el ritmo, una embarazada picoteaba pochoclo y, con el segundo cuplé a cargo de la garúa, un señor mantenía el grabador encendido bajo el paraguas mientras alguien lamentaba que aún no se hubieran formado Pos Pasajeros de Noé, los organizadores decidieron suspender hasta nuevo aviso. Pudieron frenar a ocho de las nueve murgas restantes: Los Herederos de Palermo ya estaban en camino e hicieron su representación en el hall del Centro de la Recoleta, rodeados por impecables niños de ojos claros, jóvenes posmodernos, heladeros que no quisieron perderse la fiesta y de ambulantes varios atraídos por los bombos, en contrapunto con un obrero oculto que obligó al “Turco Schumacher” a escupir el silbato y reclamar “¡Que se calle el del martillo!”.Fue, apenas, el avance de una de las tantas murgueadas que están volviendo a armarse en estos tiempos entre porteños que no quieren entregar la risa.


La Aldea noviembre




La Aldea en octubre

Con el amigo Wapner y las canciones afines.





Dibujo de

Resorte Hornos.

viernes, 11 de marzo de 2011

Primavera en el Centro Cultural Congreso un espacio de expresión.




PARRA Y SU CENTRO CULTURAL EN SEPTIEMBRE.

Dibujo de Resorte Hornos

La Aldea en el sur de Bs. As. TODO ESTA MAS CLARO




Dibujo del volante:
Resorte Hornos.

LOS CICLOS EN EL LOCAL DE DON PARRA EN JUNIO

Dibujo Resorte Hornos.

1981. Coco Romero y La Aldea en "La vuelta de los tachos", barrio de la Boca. Por Guillermo Mikunda

 

Coco y amigos en la Vuelta de los Tachos
Desde el Rioba Por Guillermo Mikunda para la revista Pan Caliente, mayo 1981. 
Fue un regreso a la fuente, como quien dice. El escenario vacío durante una media hora larga, dejo apreciar bastante bien la informal escenografía de Lito: unas ropas tendidas, parecían procuradas directamente del afiche de Resorte y al fondo el cartelucho rezando el insólito: “Vendo huevos caseros”.La platea estaba constituida en su totalidad por mesas y en general reinaba un ambiente cálido de os milongas; rozando un poco lo snob, pero un poquito tan solo. La audición de dos milongas en la poderosa voz y guitarra criolla de Coco- una de ellas: Ay, mi país de Piero- y del candombe “Malivio (mi pena alivio)”, donde Coco remedaba con la voz y el vocabulario de un negro latinoamericano ya con sus amigotes Julito, Miguel y Onfel en escena , me hicieron pensar en cuánto nos solidarizamos con los sentimientos bluseros del gran país del norte, cuando en realidad también tenemos la tristeza, “los blues”, delante de nuestras narices. Durante esta introducción y desde un proyector antiquísimo que hasta ese momento parecía parte de la escenografía, se pasaron sobre una pantalla improvisada en el escenario, diapositivas que “tenían que ver”; y el público entendía aparentemente lo que se estaba expresando, a juzgar por la potencia de los aplausos. De allí en más todo fue alegría. El entusiasmo y calidad de Julito y Miguel en charango y quena (que iban intercambiándose entre ellos) y del percusionista Onfel – que unió aditamentos percusivos habituales un xilófono de madera- , todo junto instrumento que era la voz de Coco, permitieron revisitar vitalmente nuestro folklore. Desde los temas del altiplano “plantitay de alelí” y “taquiña” – de Jaime Torres- hasta chacareras “Añoranzas” de J. Jerez y “la Telesita” de A. Chazarreta. El repertorio contó con un criterio de selección de un gusto total, como así también la entrega de los músicos. Boleteros y fotógrafos bailaban por doquier. Salía del alma, no de la Disco- Music.
El dibujo de Resorte Hornos. Resorte Hornos fue el dibujante que acompañó con su obra artística la vida musical de “La Fuente” y para este proyecto dibujó el afiche, sugerente y premonitorio. Alguien sentado al fondo en una escalera del conventillo tocando la guitarra a la luz de la luna entretanto, bajaba por otra escalera un director de murga con cetro carnavalesco y galera con estrellas, al pie de la misma un bombista lo esperaba. Resorte como pocos interpretó aquella fantasía del murguero entrando triunfal en la noche de luna llena.

1983. La letra del "Ave Fénix" con fragmento del dibujo de Resorte.


1981 La Aldea en la Muestra de Otoño en MEEBA mayo.MOVIDA CULTURAL DURANTE LA DICTADURA

1981
La Aldea en MEEBA
Arte del programa Resorte Hornos
Movida cultural durante La Dictadura








Coco Romero y La Aldea, febrero del 81.







1980-1981. Memoria gráfica a través de volantes de “La Aldea”, algo de historia del proyecto. Dibujos de Resorte Hornos.


Corría el año 1980 ya me rondaba en la cabeza la estética de la murga y generé una agrupación llamada “La Aldea” integrada por amigos que aportaban lo mejor de sí, y hacían el aguante a la movida, canciones, escenografías relacionadas con el tema. Realizamos casi dos años de presentaciones, estaba presente el folklore tradicional argentino y la búsqueda personal tras la murga y la fiesta del carnaval que la Dictadura había prohibido en el 76. Éramos cuatro integrantes fijos e invitados. Con una gran familiaridad fuenteana (amigos e integrantes de La Fuente) que me ayudaban a generar el espíritu murgueril. Resorte Hornos fue el dibujante que acompañó con su obra artística la vida musical de “La Fuente” y para este proyecto dibujó el afiche, sugerente y premonitorio. Alguien sentado al fondo en una escalera del conventillo tocando la guitarra a la luz de la luna entretanto, bajaba por otra escalera un director de murga con cetro carnavalesco y galera con estrellas, al pie de la misma un bombista lo esperaba. Resorte como pocos interpretó aquella fantasía del murguero entrando triunfal en la noche de luna llena. Durante el año 1981 realizamos algunas actuaciones en febrero el ciclo “Huellas en el cielo”. En abril la Fundación SanTelmo junto a Enrique Symns y La Cuerda. En mayo “Folklore en MEEBA” con Uki Tolosa y otras bandas y luego en la Muestra de otoño. Durante este mes realizamos el ciclo en “La Vuelta de los Tachos” de la Boca, al lado de Caminito, en esas fechas tocaron: Cacho (el Colo): guitarra; Julito Díaz: charango; Andi: flautas; Miguel: quena; Gachi: voz; Patán: aerófonos; Onfel: percusión; Lito: escenografía; Petro: movilización; Resorte: arte gráfica; Olga y Néstor colaboradores. Durante junio el ciclo fue en el local de Don Parra un viejo militante peronista que dirigía el Centro Cultural Congreso, los artistas invitados fueron: Yabor. Liliana Vitale y Verónica Condomí y en el teatro Bambalinas junto a Miguel Abuelo. En julio el ciclo “Despabilando Momias”, durante agosto el 2° encuentro del Sur de Bs. As. Club Wilcoop junto a Tantukay (el grupo del querido Patán), Hugo Romero y Gustavo Benavidez en el C.A.I. de Ituzaingó y un mes después en el Centro Cultural Congreso con Tantukay. Por último en octubre cantamos en la Asociación Mutual y Gremial de Empleados de Escribanos. Durante este año, los integrantes de “La Fuente” tocábamos juntos y desarrollábamos nuestros proyectos musicales personales. Los integrantes de “La Aldea” estables fueron: Onfel Brun, percusión; Miguel Servín: charango y zampoña; Julio Díaz: charango y quena; y yo en la guitarra y voz. Esta agrupación se mantuvo paralela a “La Fuente”, era un proyecto más personal, de alguna manera se estaba gestando en el estilo, la búsqueda de la murga y el carnaval. En el segundo semestre de 1984 y luego de un viaje de seis meses por el norte argentino, volví decidido a entrar y trabajar sobre el fenómeno en torno a “la murga”.