Radar Suplemento
Pag.12, febrero 1999
La historia y las prohibiciones del
Carnaval porteño
TE CONOZCO MASCARITA (fragmento)
Por Laura Isola
EL RESTAURADOR DEL CARNAVAL
En el mundo, y desde la Edad
Media, el Carnaval es “esos cuatro días locos” durante los que resuelven las
tensiones sociales invirtiendo el funcionamiento del mundo. En Buenos Aires,
desde la época de la gobernación y el Virreinato, pasando por la censura de Rosas,
el entusiasmo de Sarmiento, los celos entre inmigrantes, la vuelta de Perón a
Ezeiza, el Proceso, y llegando hasta la inusitada resurrección de los últimos
años, la historia del Carnaval vernáculo es, sobre todo, la historia de sus
prohibiciones. Una historia de agua, máscaras y ley seca.
EL EMPERADOR DE
LAS MÁSCARAS
Si
bien en 1854 se reanudaron las celebraciones en el Teatro Argentino, había
tanta policía controlando, tanto reglamento “Para
evitar los abusos que suelen cometerse con la careta, por lo que se permite
solo usarla de día y en las horas de juego y de noche dentro de los salones”,
que la fiesta se creyó domesticada. Pero la adoración al dios Momo volvió
cuando Sarmiento estreno la banda y el bastón presidencial. Ya desde sus años
de exilio en Santiago de Chile añoraba los tres días “En que todo el mustio
aparato de la terca etiqueta y gravedad española cedían a impulsos de torrentes
de agua que en todas las direcciones se cruzaban”. ¡Días de verdaderas igualdad
y fraternidad! Fue entonces, el 9 de febrero de 1869 cuando Buenos Aires tuvo
su primer corso. Las calles elegidas fueron Hipólito Irigoyen entre Bernardo de
Irigoyen y Luis Sáenz Peña y solo participaban las comparsas. Estas estaban
formadas por blancos, que cantaban y tocaban guitarra, bandurria y violines. Entre
las más famosas estaban “Sociedad de negros”, “Los negritos esclavos”,” Negros
Argentinos” y un puñados de nombres por el estilo. Así se divertían los
muchachos de antes porque estas comparsas estaban integradas por lo más rancio
de las sociedades porteña, que de negro solo tenían el tizne de la cara.
Sarmiento, que era un hombre que sabía divertirse; impulso el Carnaval y
participo activamente de esa Fiesta; en 1873, los integrantes de la comparsa”
Los habitantes de la lucha” le entregaron una medalla de estaño, dónde el
perfil del ilustre Sanjuanino se ve disfrazado de emperador.” Emperador de las máscaras “es el título que recibe por parte de
la comparsa. A su vez, la inmigración europea trajo su propia forma de
Carnaval, lucían sus trajes típicos e interpretaban su música. Según Mauricio
Kartun; “Las formas más importantes provenían de los italianos (que podían
llamarse José Verdi o Marina Nacional) y de los españoles (Orfeón Gallego,
Orfeón de Plata), Esto generó más de una polémica tanto dentro de la elite
anti
inmigratoria como entre los negros que se sentían desplazados de los que
eran sus trabajos”. A fines de la década de 1870, Buenos Aires era Babel y los
negros cantaban;”Ya no hay sirvientes/de
mi color/porque bachichas/toditos son; /dentro de poco, Jesús por Dios/bailaran
cemba/en el tambor…”
SIGA, SIGA EL
BAILE
El
siglo diecinueve termina pero el Carnaval sigue. Y nace la murga que Kartun
describe en su artículo “Del candombe a
la murga”A pesar de su condición de prima pobre; la murga tiene el honor de
heredar las características populares del candombe; Nace en las Barriadas. Usa
trajes de arpillera coloreada. Asume la percusión como único instrumento
musical. Elabora una clave coreográfica de complicadas figuras que desempeñan a
la perfección el papel de contraseña. “El Centenario de la Revolución de Mayo
se festejó con todo y 1910 fue el año;
veinticinco corsos cortan el tránsito y desfilan hasta el diario La
Prensa para competir por el premio a la mejor comparsa. Los inmigrantes
siguen llegando y las cifras lo corroboran: 125.951 extranjeros se suman a los
821.293 habitantes de la ciudad. Nace la murga picaresca y el doble sentido
esta a la vista; basta recorrer los nombres de las agrupaciones “La familia
Largavientos”,”Salamin sensa pulita”, Los Amantes de las chicas bien”, entre
otros…
LA MURGA DE LOS
DESCAMISADOS
Luego
de la crisis de 1930, la murga se fue transformando y durante el primer
gobierno peronista se vistió de obrero y golpeo los bombos tan fuertes que molestó a más de uno. Ezequiel Martínez Estrada, quien literalmente se brotó durante el peronismo, escribió;” La patota puede ser considerada como una comparsa
sin disfraz y a rostro descubierto”, y añora los carnavales de la marquesa y el
trovador frente a “la arpillera del murguista y la chancleta del cocoliche”.
Los Corsos de 1947 se llenan de las murgas más famosas “Los bohemios”, “Los Cabezones”,
“Averiados de Palermo” y muchas más, que solo se silencian respetuosamente en 1953,
año en el que “la señora pasó a la
eternidad”. La Revolución Libertadora de 1955 regula el accionar de las murgas
con edictos policiales que establecía como y cuando se debían usar los
disfraces y las comparsas debían blanquear en la comisaria a todos
sus integrantes
AHÍ LLEGA EL AVIÓN
Coco
Romero es el coordinador del Área de Culturas Urbanas del Centro Cultural
Rojas, director de la Revista “El Corsito “y se dedica a las
investigaciones sobre la murga y el carnaval desde hace 20 años. Título y
trayectoria que le permiten explicar ciertos fenómenos sociales; “El Carnaval nunca está disociado del estado colectivo de la comunidad. Por lo tanto, el 20 de junio de 1973 se puede
considerar como la murga más grande que haya tenido de Argentina”. El
regreso de Perón convocó cuatro millones de personas, Romero estuvo allí:”Se
veían miles de tipos con bombos y colores, cantando y enloqueciendo por la
vuelta de Perón”. En esta manifestación, el encuentra muchas similitud con la
murga;”La murga es un grupo que se junta detrás de un color o una identidad
determinada, barrial, política o cultural, construye un repertorio y lo canta”.
El final es conocido; se puso en escena y a los tiros las diferencias entre los
seguidores de López Rega y los montoneros. Los manifestantes corrieron,
gritaron y muchos murieron en esa jornada. El avión nunca llegó al aeropuerto.
AQUÍ NO PODEMOS
HACERLO;
Por
decreto 21.329, desde el 9 de junio de 1976 hasta la fecha, están suprimidos
los feriados del lunes y martes de Carnaval. Si no hay fecha, no hay carnaval:
“No se puede organizar la fiesta si no se sabe el día. Si bien alguna gente de
Cultura del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires tiene interés y hay muchas
gentes participando en el fenómeno, sigue faltando algo. El problema es que”;
analiza Romero. Las respuestas son múltiples: es posible que no haya una
decisión política fuerte, o que no le cierren los números a los empresarios.
Pero para ser precavidos y no caer en manifestaciones al extremo optimista del estilo;”
¡El
Carnaval nunca va morir!” y recibir como respuesta la misma que Borges
le dio a Silvio Soldán sobre la inmortalidad del Tango (“Mire, Soldán, ha caído
el Imperio Romano”), debemos observar el fenómeno en la actualidad.
De
los talleres han salido las nuevas murgas, urbanas y de la clase media:”Los Quitapenas”;”Los
Duendes de la cortada de Caballito”, “Los Traficantes de Matracas”. Desde 1988
funcionan en el Rojas los talleres que coordina y dicta Coco Romero, que desestima
la polémica entre murgueros tradicionales y talleristas:”Lo importante es el
espacio de encuentro y este fenómeno de la murga, que estaba muerta. Si el
barrio no funciona como lugar aglutinante, será el taller, la sociedad de
fomento, la plaza o cualquier otro”. La incorporación participativa de las
mujeres es otro elemento a tener en cuenta porque siempre fue un espacio muy
masculino. Además, la murga ingreso a los colegios y es parte de la actividad
curricular de algunos jardines de infantes. Elementos que suman y arrojan buenos
augurios para la vuelta de la serpentina, el agua y el papel picado.
El
pronóstico de Domingo Faustino Sarmiento, como buen Emperador de las Máscaras,
no podía ser más alentador.”El Carnaval no puede ser extinguido. Es tradición
de la humanidad, que se perpetúa a través de los siglos. Es una compensación a
las sujeciones diarias que la Sociedad impone”. El 15 y 16 de febrero de este
año, la ciudad de Buenos Aires no tuvo corsos, no tuvo agua y no tuvo luz. Pero
Sarmiento no tenía porque saberlo…
LA MURGA ES UN GRUPO
QUE SE JUNTA DETRÁS DE UN COLOR O UNA IDENTIDAD DETERMINADA, BARRIAL, POLÍTICA O CULTURAL, CONSTRUYE UN REPERTORIO Y LO CANTA, POR ESO EL 20 DE JUNIO DE 1973, CON LA SUPUESTA LLEGADA DE PERÓN A EZEIZA SE PUEDE CONSIDERAR COMO LA MURGA MÁS GRANDE QUE HAYA TENIDO LA ARGENTINA…
Coco Romero…
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