Actividades realizadas durante mas de cuatro décadas en torno a la murga y el Carnaval. Producciones artísticas; Actuaciones; Gestión cultural; Talleres; Investigación; Acciones
domingo, 30 de agosto de 2020
sábado, 29 de agosto de 2020
2018 Coco Romero: “La murga es un espacio creativo del pueblo, el pueblo creativo que pinta, dibuja, lee, escribe, el pueblo que piensa”
http://cultura.sanisidro.gov.ar/coco-romero-la-murga-es-un-espacio-creativo-del-pueblo-el-pueblo-creativo-que-pinta-dibuja-lee-escribe-el-pueblo-que-piensa/
Coco Romero: “La murga es un espacio creativo del pueblo, el pueblo creativo que pinta, dibuja, lee, escribe, el pueblo que piensa”
Desde hace más de 30 años, para Coco Romero, investigador, músico, escritor y docente, el Carnaval es su principio rector. Sindicado como uno de los principales referentes al momento de hablar de la murga porteña, Coco viajó por el mundo con esos estandartes a cuestas y desde hace décadas difunde y coordina los talleres de murga del Centro Cultural Rojas (UBA). Su veta musical también dejó su impronta: en 1978 formó el mítico grupo La Fuente, que fusionaba folclore, murga y líricas contra la dictadura militar, y con el que fue telonero de Spinetta, llenó Obras y tocó en Racing. En abril subió con su cuarteto al escenario de los 109 años de Villa Adelina, su barrio, celebrados con música en vivo, actividades culturales, talleres, torta gigante, fuegos artificiales y mucho más.
“Soy un poco todo eso, me voy turnando, pero lo que más me gusta y disfruto es hacer música. Durante la dictadura formé un colectivo cultural con el que intentamos rescatar el Carnaval que había sido prohibido por los militares. Fue una lucha personal, de pibe había sido feliz en esos corsos y no podía concebir que a mis 20 años alguien pudiera prohibirlos.
“La murga es un espacio creativo del pueblo, el pueblo creativo que pinta, dibuja, lee, escribe; el pueblo que piensa. Claro que es un ámbito de protesta, pero no manejada, sino una protesta que fluye de las bases, de lo que la gente realmente piensa. Pero también es necesario divulgar valores, a nuestros talentos, como Atahualpa, Tuñón, a nuestros pintores.
“¿Qué atraviesa a todos los carnavales latinoamericanos?… la mitología dice que Momo es una deidad alegórica echada del Olimpo de los dioses por criticar. Eso aglutina a todas las murgas, pero además el Carnaval es un dispositivo de arte creativo donde aparecen la pintura, la plástica, la música, la danza, disciplinas que atraviesan con sus particularidades la identidad regional.
“Juan Bautista Alberdi escribió Canción para la Comparsa de Momo en 1835, Sarmiento viajó a Roma en 1850 para reunirse con el Papa y allí conoció el Carnaval que tanto lo entusiasmó. Él instauró el corso tal como lo conocemos hoy durante su presidencia de la Nación. Es decir, el Carnaval forma parte de nuestra esencia nacional. Un fenómeno de 120 años, que, paradójicamente, a muy poca gente le interesa estudiar. En Bolivia es Patrimonio de la Humanidad, y en Uruguay y Brasil son tremendas industrias culturales y turísticas, algo estamos haciendo mal en la Argentina.
Romero sabe de lo que habla. Escribió La murga porteña, Historia de un viaje colectivo; Talleres de murga del Rojas, el árbol genealógico; El Corsito (una publicación fundada y dirigida por él), Carnaval porteño, una historia en historieta (junto con Enrique Breccia), y Universo creativo del Carnaval, entre muchos otros títulos. También fue convocado este año por la Subsecretaría General de Cultura de San Isidro para presidir el jurado del último Carnaval de San Isidro, integrado además por Arturo Blas Bisogni y Aluminé Manteca Acosta, que convocó a unas 70.000 personas y a más de 3.000 artistas. Una propuesta de evaluación que permitió identificar las fortalezas y debilidades de los grupos locales, entregar dinero en efectivo a los ganadores y seguir apuntalando la profesionalización de cada uno de los elencos participantes.
“Me parece una excelente idea que San Isidro tienda un puente con los 25 colectivos culturales que participan del Carnaval. Se hizo una devolución muy detallada de los elencos que desfilaron en las dos jornadas [en Martínez y en Boulogne], en distintos aspectos, y ahora, como segundo paso, viene la organización de talleres creativos de capacitación…. Una de las cosas que más me llamó la atención fue la numerosa presencia de niños desfilando en las murgas. Eso es muy importante, la familia integrada alrededor del corso.
“Muchas de las personas que presenciaron el recital en Villa Adelina no conocían mis canciones, que no se escuchan en los medios, pero estuvieron muy atentas, disfrutaron e incluso varias se animaron a bailar. Es una forma de hacer gestión cultural para tener en cuenta, que no sólo piensa en lo marketing del espectáculo.
Coco es salteño. Nació en 1955 y su nombre completo es Gualberto Milagro Romero. De tatarabuelos de esa provincia y bisabuela bagualera, se crió en el barrio de Belgrano R. Con La Fuente editó tres discos y, además, tiene otros cinco como solista. En su último trabajo, Carta de Momo (2015), rescata poesías de Rubén Espiño, Roberto Santoro, Raimundo Rosales, Uki Tolosa y Jesús Pascual, entre otros, que reflejan los colores del Carnaval, pero también hablan de la vida, en un perceptible y ligero tono tanguero. Sonríe cuando dice que su llama musical sigue siempre viva y se pone serio cuando afirma que más que “pegar” un tema en las radios le interesa enterrar a fondo la pala en el campo de la cultura.
“Mi murga era Los Mareados de Belgrano R. Yo tenía doce años y ensayábamos en el terraplén de la estación. Fue la primera banda de música que vi tocar en vivo y me voló la cabeza. Empecé como bailarín raso, como siempre se empieza en una murga, de abajo. Me acuerdo que un año la murga no participó del Carnaval y entonces decidí salí con Los Pecosos de Chacharita. Como no era del barrio, cuando la policía me vio me llevó directo a la comisaría. Tenía 14 años y mi mamá tuvo que sacarme.
Coco empezó a investigar el carnaval porteño en 1978, dos años después de la derogación militar de los feriados. Buceó en documentos y registros, y se enfrascó en la historia de Los Funebreros de San Martín y Los Viciosos de Villa Martelli, que nunca dejaron de salir, ni aún en los peores momentos del gobierno de facto, para completar su primer trabajo de campo.
“La murga es un fenómeno de orillas, de los bordes de la ciudad… Hoy sé que tengo que colaborar con los más jóvenes. Soy de una generación de transición, puente, la que tuvo que cerrar las heridas. Si hasta no hace mucho la gente pensaba que Momo era una marca de espuma. Fue necesario restaurar y entender que hoy no alcanza con el choripán, la espuma y los escenarios. Nos debemos un replanteo estético, ampliar el horizonte, dotar de contenido con bandas de percusión, circo, titiriteros, teatro callejero, coros. La murga debe funcionar como un centro cultural, con un lugar específico, contención y apuesta al crecimiento. Se puede y debemos construir algo distinto, pero siempre con la colaboración del Estado, porque la gente sola no puede.
“No existe el Carnaval sólo para murgas. Debe convertirse en un juego dónde podés ver a todos en un mismo lugar, el juego social más amplio que existe en términos de diversidad cultural. Debemos enriquecerlo y, en ese sentido, abrirles la puerta a los niños es clave. El niño debe jugar al teatro, al disfraz…, insisto, debe jugar. Lograrlo es apostar en serio al futuro.
Coco Romero: “La murga es un espacio creativo del pueblo, el pueblo creativo que pinta, dibuja, lee, escribe, el pueblo que piensa”
Desde hace más de 30 años, para Coco Romero, investigador, músico, escritor y docente, el Carnaval es su principio rector. Sindicado como uno de los principales referentes al momento de hablar de la murga porteña, Coco viajó por el mundo con esos estandartes a cuestas y desde hace décadas difunde y coordina los talleres de murga del Centro Cultural Rojas (UBA). Su veta musical también dejó su impronta: en 1978 formó el mítico grupo La Fuente, que fusionaba folclore, murga y líricas contra la dictadura militar, y con el que fue telonero de Spinetta, llenó Obras y tocó en Racing. En abril subió con su cuarteto al escenario de los 109 años de Villa Adelina, su barrio, celebrados con música en vivo, actividades culturales, talleres, torta gigante, fuegos artificiales y mucho más.
“Soy un poco todo eso, me voy turnando, pero lo que más me gusta y disfruto es hacer música. Durante la dictadura formé un colectivo cultural con el que intentamos rescatar el Carnaval que había sido prohibido por los militares. Fue una lucha personal, de pibe había sido feliz en esos corsos y no podía concebir que a mis 20 años alguien pudiera prohibirlos.
“La murga es un espacio creativo del pueblo, el pueblo creativo que pinta, dibuja, lee, escribe; el pueblo que piensa. Claro que es un ámbito de protesta, pero no manejada, sino una protesta que fluye de las bases, de lo que la gente realmente piensa. Pero también es necesario divulgar valores, a nuestros talentos, como Atahualpa, Tuñón, a nuestros pintores.
“¿Qué atraviesa a todos los carnavales latinoamericanos?… la mitología dice que Momo es una deidad alegórica echada del Olimpo de los dioses por criticar. Eso aglutina a todas las murgas, pero además el Carnaval es un dispositivo de arte creativo donde aparecen la pintura, la plástica, la música, la danza, disciplinas que atraviesan con sus particularidades la identidad regional.
“Juan Bautista Alberdi escribió Canción para la Comparsa de Momo en 1835, Sarmiento viajó a Roma en 1850 para reunirse con el Papa y allí conoció el Carnaval que tanto lo entusiasmó. Él instauró el corso tal como lo conocemos hoy durante su presidencia de la Nación. Es decir, el Carnaval forma parte de nuestra esencia nacional. Un fenómeno de 120 años, que, paradójicamente, a muy poca gente le interesa estudiar. En Bolivia es Patrimonio de la Humanidad, y en Uruguay y Brasil son tremendas industrias culturales y turísticas, algo estamos haciendo mal en la Argentina.
Romero sabe de lo que habla. Escribió La murga porteña, Historia de un viaje colectivo; Talleres de murga del Rojas, el árbol genealógico; El Corsito (una publicación fundada y dirigida por él), Carnaval porteño, una historia en historieta (junto con Enrique Breccia), y Universo creativo del Carnaval, entre muchos otros títulos. También fue convocado este año por la Subsecretaría General de Cultura de San Isidro para presidir el jurado del último Carnaval de San Isidro, integrado además por Arturo Blas Bisogni y Aluminé Manteca Acosta, que convocó a unas 70.000 personas y a más de 3.000 artistas. Una propuesta de evaluación que permitió identificar las fortalezas y debilidades de los grupos locales, entregar dinero en efectivo a los ganadores y seguir apuntalando la profesionalización de cada uno de los elencos participantes.
“Me parece una excelente idea que San Isidro tienda un puente con los 25 colectivos culturales que participan del Carnaval. Se hizo una devolución muy detallada de los elencos que desfilaron en las dos jornadas [en Martínez y en Boulogne], en distintos aspectos, y ahora, como segundo paso, viene la organización de talleres creativos de capacitación…. Una de las cosas que más me llamó la atención fue la numerosa presencia de niños desfilando en las murgas. Eso es muy importante, la familia integrada alrededor del corso.
“Muchas de las personas que presenciaron el recital en Villa Adelina no conocían mis canciones, que no se escuchan en los medios, pero estuvieron muy atentas, disfrutaron e incluso varias se animaron a bailar. Es una forma de hacer gestión cultural para tener en cuenta, que no sólo piensa en lo marketing del espectáculo.
Coco es salteño. Nació en 1955 y su nombre completo es Gualberto Milagro Romero. De tatarabuelos de esa provincia y bisabuela bagualera, se crió en el barrio de Belgrano R. Con La Fuente editó tres discos y, además, tiene otros cinco como solista. En su último trabajo, Carta de Momo (2015), rescata poesías de Rubén Espiño, Roberto Santoro, Raimundo Rosales, Uki Tolosa y Jesús Pascual, entre otros, que reflejan los colores del Carnaval, pero también hablan de la vida, en un perceptible y ligero tono tanguero. Sonríe cuando dice que su llama musical sigue siempre viva y se pone serio cuando afirma que más que “pegar” un tema en las radios le interesa enterrar a fondo la pala en el campo de la cultura.
“Mi murga era Los Mareados de Belgrano R. Yo tenía doce años y ensayábamos en el terraplén de la estación. Fue la primera banda de música que vi tocar en vivo y me voló la cabeza. Empecé como bailarín raso, como siempre se empieza en una murga, de abajo. Me acuerdo que un año la murga no participó del Carnaval y entonces decidí salí con Los Pecosos de Chacharita. Como no era del barrio, cuando la policía me vio me llevó directo a la comisaría. Tenía 14 años y mi mamá tuvo que sacarme.
Coco empezó a investigar el carnaval porteño en 1978, dos años después de la derogación militar de los feriados. Buceó en documentos y registros, y se enfrascó en la historia de Los Funebreros de San Martín y Los Viciosos de Villa Martelli, que nunca dejaron de salir, ni aún en los peores momentos del gobierno de facto, para completar su primer trabajo de campo.
“La murga es un fenómeno de orillas, de los bordes de la ciudad… Hoy sé que tengo que colaborar con los más jóvenes. Soy de una generación de transición, puente, la que tuvo que cerrar las heridas. Si hasta no hace mucho la gente pensaba que Momo era una marca de espuma. Fue necesario restaurar y entender que hoy no alcanza con el choripán, la espuma y los escenarios. Nos debemos un replanteo estético, ampliar el horizonte, dotar de contenido con bandas de percusión, circo, titiriteros, teatro callejero, coros. La murga debe funcionar como un centro cultural, con un lugar específico, contención y apuesta al crecimiento. Se puede y debemos construir algo distinto, pero siempre con la colaboración del Estado, porque la gente sola no puede.
“No existe el Carnaval sólo para murgas. Debe convertirse en un juego dónde podés ver a todos en un mismo lugar, el juego social más amplio que existe en términos de diversidad cultural. Debemos enriquecerlo y, en ese sentido, abrirles la puerta a los niños es clave. El niño debe jugar al teatro, al disfraz…, insisto, debe jugar. Lograrlo es apostar en serio al futuro.
Etiquetas:
2018,
Coco Romero,
Dirección de Cultura,
Muncipalidad,
murga- Carnaval,
Murga-Carnaval. Arte e Integración,
San Isidro,
Villa Adelina
2020 RADIO GRAFICA link de un programa
https://radiografica.org.ar/2020/02/27/lo-que-dejo-el-carnaval-un-recorrido-de-recuperacion/
https://radiocut.fm/audiocut/murga-y-carnaval-porteno-coco-romero-en-medio-cupon/
Durante el último día del carnaval, el artista, músico y murguero Coco Romero conversó con Radio Gráfica sobre el recorrido de la recuperación de este festejo porteño. El referente de las murgas de Buenos Aires, en 1980, plena época dictatorial, defendió este género músico-teatral que se extiende por Latinoamérica.
En base a su experiencia, en diálogo con Mario Sadras en ´Medio Cupón´, explicó la relación de los barrios porteños con las formaciones murgueras que fueron prohibidas por la dictadura y su estado de sitio, por ser encuentros de más de tres personas, pero que luego volvieron a surgir.
“En el ’76 desaparece el carnaval del calendario pero el pueblo sigue festejando de alguna manera. En un marco de procesos conflictivos las murgas nunca dejaron de salir, hacían actuaciones son hacer barullo en el tránsito, tocaban y luego en silencio se retiraban. Ahí comenzó un tironeo fuerte dado por la represión en sí”, comenzó.
“Ahora hay un movimiento muy importante llevado adelante por ellas, las murgas. Pero las partes que convergen en el carnaval tienen que trabajar armónicamente y con más tiempo. Por ejemplo en la organización de los corsos y el armado de los carteles. Con las murgas solas no alcanza, hay que articular los distintos segmentos creativos y las disciplinas, y confluir en distintas lecturas sobre el carnaval”, definió y apuntó que “la murga es el eslabón más importante del Carnaval de CABA, el conurbano y la provincia de a Buenos Aires”.
Mirando hacia el futuro el referente planteó que “hay que fomentar el desarrollo de la cultura y que los jóvenes se formen en la disciplina que quieran de la mejor manera posible, porque esto puede provocar que el carnaval se convierta en un espacio de reflexión. Queremos embellecer el carnaval, el lenguaje, la puesta en escena y nuestra propia historia”.
“la murga es el eslabón más importante del Carnaval de CABA, el conurbano y la provincia de a Buenos Aires”
Sobre la lucha de las organizaciones murgueras para la habilitación del carnaval en la Ciudad de Buenos Aires, Romero resaltó que “lo más importante es que las murgas recuperaron el carnaval en el marco de la ciudad y en 2011 a nivel nacional. Ahora hay que repensar el tema con una mirada distinta”.
Lxs Quitapenas del Centro Cultural Rojas cumplieron 30 años. Sobre este grupo, afirmó: “Estamos poniendo en escena a los jóvenes que salieron del Rojas. La iniciativa del Centro Cultural que permitió este desarrollo, debería ser una política de Estado”.
“Todos los carnavales poderosos recurren a su aldea y nosotros en ese sentido tenemos una deuda. Hay que ponerle un interés real, porque el carnaval se comienza a organizar 15 días antes y así no funciona. Hay que acompañar la energía y el desarrollo de los jóvenes. Todas las partes de este complejo dispositivo se deben articular porque es una Fiesta Popular muy interesante para desarrollar”.
Foto: Julieta Marabotti
https://radiocut.fm/audiocut/murga-y-carnaval-porteno-coco-romero-en-medio-cupon/
Durante el último día del carnaval, el artista, músico y murguero Coco Romero conversó con Radio Gráfica sobre el recorrido de la recuperación de este festejo porteño. El referente de las murgas de Buenos Aires, en 1980, plena época dictatorial, defendió este género músico-teatral que se extiende por Latinoamérica.
En base a su experiencia, en diálogo con Mario Sadras en ´Medio Cupón´, explicó la relación de los barrios porteños con las formaciones murgueras que fueron prohibidas por la dictadura y su estado de sitio, por ser encuentros de más de tres personas, pero que luego volvieron a surgir.
“En el ’76 desaparece el carnaval del calendario pero el pueblo sigue festejando de alguna manera. En un marco de procesos conflictivos las murgas nunca dejaron de salir, hacían actuaciones son hacer barullo en el tránsito, tocaban y luego en silencio se retiraban. Ahí comenzó un tironeo fuerte dado por la represión en sí”, comenzó.
“Ahora hay un movimiento muy importante llevado adelante por ellas, las murgas. Pero las partes que convergen en el carnaval tienen que trabajar armónicamente y con más tiempo. Por ejemplo en la organización de los corsos y el armado de los carteles. Con las murgas solas no alcanza, hay que articular los distintos segmentos creativos y las disciplinas, y confluir en distintas lecturas sobre el carnaval”, definió y apuntó que “la murga es el eslabón más importante del Carnaval de CABA, el conurbano y la provincia de a Buenos Aires”.
Mirando hacia el futuro el referente planteó que “hay que fomentar el desarrollo de la cultura y que los jóvenes se formen en la disciplina que quieran de la mejor manera posible, porque esto puede provocar que el carnaval se convierta en un espacio de reflexión. Queremos embellecer el carnaval, el lenguaje, la puesta en escena y nuestra propia historia”.
“la murga es el eslabón más importante del Carnaval de CABA, el conurbano y la provincia de a Buenos Aires”
Sobre la lucha de las organizaciones murgueras para la habilitación del carnaval en la Ciudad de Buenos Aires, Romero resaltó que “lo más importante es que las murgas recuperaron el carnaval en el marco de la ciudad y en 2011 a nivel nacional. Ahora hay que repensar el tema con una mirada distinta”.
Lxs Quitapenas del Centro Cultural Rojas cumplieron 30 años. Sobre este grupo, afirmó: “Estamos poniendo en escena a los jóvenes que salieron del Rojas. La iniciativa del Centro Cultural que permitió este desarrollo, debería ser una política de Estado”.
“Todos los carnavales poderosos recurren a su aldea y nosotros en ese sentido tenemos una deuda. Hay que ponerle un interés real, porque el carnaval se comienza a organizar 15 días antes y así no funciona. Hay que acompañar la energía y el desarrollo de los jóvenes. Todas las partes de este complejo dispositivo se deben articular porque es una Fiesta Popular muy interesante para desarrollar”.
Foto: Julieta Marabotti
jueves, 27 de agosto de 2020
2001. Buenos Aires se sube a la carroza La Nación
CARNAVAL. Buenos Aires se sube a la carroza
En los últimos tres años se triplicó el número de corsos y comparsas en la ciudad, que desde hoy convocará a 109 agrupaciones y a diez mil murgueros; una guía con lo mejor de aqui y de allá9 de Febrero de 2001
Con bombos y platillos, a partir de esta noche y por cuatro fines de semana, el carnaval y sus agrupaciones vestirán de fiesta las calles de la ciudad. La noticia se parece más a una foto en sepia que a la realidad, pero aunque cueste creerlo, es verdad. Según las estadísticas de la Comisión de Carnaval de la Ciudad de Buenos Aires, el crecimiento de las murgas en los últimos cinco años es más que sugestivo. Basta decir que en 1998 hubo 12 corsos donde intervinieron 42 agrupaciones y 3.500 murgueros, y para cuando finalice el Carnaval 2001, estas cifras se habrán triplicado hasta trepar a los 9700 murgueros, repartidos en los 57 corsos de toda la Capital. No hace falta ser un genio para advertir el cambio.!!! "No existe una causa única para comprender este fenómeno artístico, cultural y social", señala Laura Chertkoff, murguera de Los Quitapenas y miembro de M.U.R.G.A.S. (Murgas Unidas Recuperando y Ganando Alegría Siempre), agrupación que integra la Comisión de Carnaval junto con el Gobierno de la Ciudad.
"La fecha histórica de esta fiesta comprendía los feriados del lunes y martes anteriores al Miércoles de Ceniza, cuarenta días antes de Pascua, pero en 1976 el gobierno militar decretó que era un espectáculo peligroso y lo prohibió. Desde entonces los corsos se replegaron a los clubes de barrio, las sociedades de fomento y, oficialmente, a un prolijo desfile en Avenida de Mayo", sigue Chertkoff.
Con el regreso de la democracia, Coco Romero se sacudió el polvo de las botas y puso en marcha los talleres de murga en el Centro Cultural Ricardo Rojas. Sus mismos alumnos empezaron a dictar clases en los Centros Culturales Barriales y lentamente empezó a animarse la fiesta.
"Los primeros años fueron de un trabajo tímido, pero de a poco surgieron murgas como Pasión Quemera, Los Quitapenas y Gambeteando el Empedrado, que fueron creciendo hasta independizarse", apunta Romero, uno de los pioneros de esta historia.
En octubre de 1997 se sancionó la ordenanza 52.039 que declaró Patrimonio Cultural de la Ciudad de Buenos Aires a las agrupaciones artísticas de carnaval (murgas, comparsas, grupos humorísticos, de percusión, cuerdas de candombe y similares). Así se comprometió al gobierno a facilitar predios municipales como plazas, patios deportivos y centros culturales para realizar los ensayos o actuaciones durante todo el año, incluido un presupuesto para gastos y servicios, y creó la Comisión de Carnaval, que organiza los corsos desde 1998.
Históricamente vinculadas con las clases populares, la historia de las murgas se remonta a los años 40 y 50, cuando las primeras formaciones espontáneas se concentraron principalmente en La Boca, Almagro, Boedo y Palermo. "Había un modo de bailar específico de cada lugar. En la jerga murguera se dice que la gente bailaba Palermo o bailaba Boedo, según la forma de mover los hombros o la manera de resolver ciertos saltos", detalla Chertkoff.
A diferencia de entonces, ahora casi todos los barrios tienen murga propia, al punto tal que este año debutan Los Trastornados de Belgrano, distrito sin antecedentes en este tipo de festejos populares.
Si bien la mayor parte de las agrupaciones que intervienen son murgas, en los últimos años se incorporaron nuevos instrumentos y diferentes disciplinas. "El instrumento tradicional de la murga porteña es el bombo con platillo, pero ahora se sumaron otros tambores como el zurdo, los redoblantes o el repique, que a su vez influenciaron en la manera de desfilar y de bailar", explica Chertkoff.
Todo el año es carnaval
No alcanza con juntarse, dar un par de saltos y memorizar alguna canción de protesta. El trabajo de las comparsas se prepara durante meses antes de salir a la calle: los ensayos, las nuevas coreografías, las letras de las canciones, los apliques de lentejuela y los estandartes.
Es que hay una rutina que toda murga porteña debe cumplir y consta de un desfile de entrada, la función central con una glosa de presentación, varias canciones de neto corte crítico, un homenaje (un tema musical en tono más respetuoso y nostálgico) y la retirada. "Es cierto que las canciones de casi todas las murgas reflejan un aspecto crítico de la sociedad, ésa es la esencia, pero actualmente su espíritu está más vinculado a una liturgia murguera que al surgimiento espontáneo de la protesta. Es un festejo igualador en el que es lícito elevar una queja, pero se la recrea fundamentalmente como un ritual sin demasiadas connotaciones políticas", explica Romero.
El auge de estos últimos años también se alimentó con bandas como Los Piojos, La Mosca, Los Cadillacs, La Bersuit o los Redonditos de Ricota, que últimamente integraron murgas a sus shows y convocaron a un público murguero que, a su vez, se apropia de sus letras. Estas bandas están fuera del circuito de la murga tradicional, pero hicieron posible que hablar del género no resulte tan extraño.
De aquella primera época hoy todavía subsisten algunas agrupaciones legendarias como Los Viciosos del Abasto (1950) o Los Cometas de Boedo (1959), que con más de 150 integrantes son un clásico.
Como el feriado sigue sin reestablecerse, por ahora la fiesta se reparte en cuatro fines de semana. Pero vale la pena estar atentos, porque el personaje fantoche con levita de festejo eterno sigue al acecho, y esconde en sus bolsillos una pistola de agua.
Producción y textos Alejandro Rapetti y Verónica Pagés
Con bombos y platillos, a partir de esta noche y por cuatro fines de semana, el carnaval y sus agrupaciones vestirán de fiesta las calles de la ciudad. La noticia se parece más a una foto en sepia que a la realidad, pero aunque cueste creerlo, es verdad. Según las estadísticas de la Comisión de Carnaval de la Ciudad de Buenos Aires, el crecimiento de las murgas en los últimos cinco años es más que sugestivo. Basta decir que en 1998 hubo 12 corsos donde intervinieron 42 agrupaciones y 3.500 murgueros, y para cuando finalice el Carnaval 2001, estas cifras se habrán triplicado hasta trepar a los 9700 murgueros, repartidos en los 57 corsos de toda la Capital. No hace falta ser un genio para advertir el cambio.!!! "No existe una causa única para comprender este fenómeno artístico, cultural y social", señala Laura Chertkoff, murguera de Los Quitapenas y miembro de M.U.R.G.A.S. (Murgas Unidas Recuperando y Ganando Alegría Siempre), agrupación que integra la Comisión de Carnaval junto con el Gobierno de la Ciudad.
"La fecha histórica de esta fiesta comprendía los feriados del lunes y martes anteriores al Miércoles de Ceniza, cuarenta días antes de Pascua, pero en 1976 el gobierno militar decretó que era un espectáculo peligroso y lo prohibió. Desde entonces los corsos se replegaron a los clubes de barrio, las sociedades de fomento y, oficialmente, a un prolijo desfile en Avenida de Mayo", sigue Chertkoff.
Con el regreso de la democracia, Coco Romero se sacudió el polvo de las botas y puso en marcha los talleres de murga en el Centro Cultural Ricardo Rojas. Sus mismos alumnos empezaron a dictar clases en los Centros Culturales Barriales y lentamente empezó a animarse la fiesta.
"Los primeros años fueron de un trabajo tímido, pero de a poco surgieron murgas como Pasión Quemera, Los Quitapenas y Gambeteando el Empedrado, que fueron creciendo hasta independizarse", apunta Romero, uno de los pioneros de esta historia.
En octubre de 1997 se sancionó la ordenanza 52.039 que declaró Patrimonio Cultural de la Ciudad de Buenos Aires a las agrupaciones artísticas de carnaval (murgas, comparsas, grupos humorísticos, de percusión, cuerdas de candombe y similares). Así se comprometió al gobierno a facilitar predios municipales como plazas, patios deportivos y centros culturales para realizar los ensayos o actuaciones durante todo el año, incluido un presupuesto para gastos y servicios, y creó la Comisión de Carnaval, que organiza los corsos desde 1998.
Históricamente vinculadas con las clases populares, la historia de las murgas se remonta a los años 40 y 50, cuando las primeras formaciones espontáneas se concentraron principalmente en La Boca, Almagro, Boedo y Palermo. "Había un modo de bailar específico de cada lugar. En la jerga murguera se dice que la gente bailaba Palermo o bailaba Boedo, según la forma de mover los hombros o la manera de resolver ciertos saltos", detalla Chertkoff.
A diferencia de entonces, ahora casi todos los barrios tienen murga propia, al punto tal que este año debutan Los Trastornados de Belgrano, distrito sin antecedentes en este tipo de festejos populares.
Si bien la mayor parte de las agrupaciones que intervienen son murgas, en los últimos años se incorporaron nuevos instrumentos y diferentes disciplinas. "El instrumento tradicional de la murga porteña es el bombo con platillo, pero ahora se sumaron otros tambores como el zurdo, los redoblantes o el repique, que a su vez influenciaron en la manera de desfilar y de bailar", explica Chertkoff.
Todo el año es carnaval
No alcanza con juntarse, dar un par de saltos y memorizar alguna canción de protesta. El trabajo de las comparsas se prepara durante meses antes de salir a la calle: los ensayos, las nuevas coreografías, las letras de las canciones, los apliques de lentejuela y los estandartes.
Es que hay una rutina que toda murga porteña debe cumplir y consta de un desfile de entrada, la función central con una glosa de presentación, varias canciones de neto corte crítico, un homenaje (un tema musical en tono más respetuoso y nostálgico) y la retirada. "Es cierto que las canciones de casi todas las murgas reflejan un aspecto crítico de la sociedad, ésa es la esencia, pero actualmente su espíritu está más vinculado a una liturgia murguera que al surgimiento espontáneo de la protesta. Es un festejo igualador en el que es lícito elevar una queja, pero se la recrea fundamentalmente como un ritual sin demasiadas connotaciones políticas", explica Romero.
El auge de estos últimos años también se alimentó con bandas como Los Piojos, La Mosca, Los Cadillacs, La Bersuit o los Redonditos de Ricota, que últimamente integraron murgas a sus shows y convocaron a un público murguero que, a su vez, se apropia de sus letras. Estas bandas están fuera del circuito de la murga tradicional, pero hicieron posible que hablar del género no resulte tan extraño.
De aquella primera época hoy todavía subsisten algunas agrupaciones legendarias como Los Viciosos del Abasto (1950) o Los Cometas de Boedo (1959), que con más de 150 integrantes son un clásico.
Como el feriado sigue sin reestablecerse, por ahora la fiesta se reparte en cuatro fines de semana. Pero vale la pena estar atentos, porque el personaje fantoche con levita de festejo eterno sigue al acecho, y esconde en sus bolsillos una pistola de agua.
Producción y textos Alejandro Rapetti y Verónica Pagés
2017 : COCO ROMERO HABLA DEL CARNAVAL EN GENERAL VILLEGAS
BANDERALÓ NOTICIAS: COCO ROMERO HABLA DEL CARNAVAL EN GENERAL VILLEGAS: General Villegas (24/2)- El lunes 27 Coco Romero visitará General Villegas para hablar de carnaval y presentar su libro. Será en la bibliote...
COCO ROMERO HABLA DEL CARNAVAL EN GENERAL VILLEGAS
viernes, 24 de febrero de 2017
COCO ROMERO HABLA DEL CARNAVAL EN GENERAL VILLEGAS
General Villegas (24/2)- El lunes 27 Coco Romero visitará General Villegas para hablar de carnaval y presentar su libro. Será en la biblioteca pública, a partir de las 20 horas.
Por otra parte, el martes 28 dará un recital en el Museo Histórico presentando el disco Carta de Momo, con la participación de su banda y el coro de carnaval La Matraca, será a partir de las 19 horas. También se presentarán otras agrupaciones murgueras y Agárrate que Colea; y se hará la quema del Rey Momo.
Organiza la Comisión del Carnaval Villeguense con el auspicio de la Secretaría de Cultura y Educación.
COCO ROMERO
Gualberto Elio Milagro Romero
Músico, tallerista e investigador.
Nació el 12 de junio de 1955 en la provincia de Salta (Argentina).
Dicta seminarios, talleres y charlas. Recopila la historia y la tradición oral del carnaval del país.
Brinda asistencia técnica a distintos grupos carnavaleros de la Capital y del interior del país y del exterior.
Por otra parte, el martes 28 dará un recital en el Museo Histórico presentando el disco Carta de Momo, con la participación de su banda y el coro de carnaval La Matraca, será a partir de las 19 horas. También se presentarán otras agrupaciones murgueras y Agárrate que Colea; y se hará la quema del Rey Momo.
Organiza la Comisión del Carnaval Villeguense con el auspicio de la Secretaría de Cultura y Educación.
COCO ROMERO
Gualberto Elio Milagro Romero
Músico, tallerista e investigador.
Nació el 12 de junio de 1955 en la provincia de Salta (Argentina).
Dicta seminarios, talleres y charlas. Recopila la historia y la tradición oral del carnaval del país.
Brinda asistencia técnica a distintos grupos carnavaleros de la Capital y del interior del país y del exterior.
2020 Coco Romero Jurado de Carnaval en San Isidro- Localidad de Boulogne
SAN ISIDRO
El carnaval llega a San Isidro El domingo 23 de febrero, desde las 19:00, más de 15 murgas locales, 1.500 artistas y una multitud de vecinos, le pondrán música y color al clásico desfile por las calles de Boulogne.
SAN ISIDRO
Ritmo, baterías de instrumentos, baile y todo el color de la celebración popular por excelencia. Llega a San Isidro una nueva edición del Carnaval en Boulogne, que el domingo 23 de febrero reunirá en el centro de esta ciudad a dieciséis murgas y a más de 1500 artistas de todas las edades.
Una fiesta organizada y producida por la Subsecretaría General de Cultura de San Isidro, desde las 19:00, para toda la familia, gratis, con talleres para los más chicos y una consigna central, llegar disfrazados.
“El Carnaval refleja el trabajo anual de las murgas que en peñas y centros culturales realizan una gran labor social y cultural al iniciar e interesar a los chicos en distintas disciplinas artísticas. Como todos los años será una fiesta muy alegre, en paz y para disfrutar en familia”, expresó el intendente de San Isidro, Gustavo Posse.
El desfile, como es costumbre, se iniciará en la Av. Rolón y Olazábal y, desde allí, recorrerá un trayecto de varias cuadras por el corsódromo que hasta pasada la medianoche palpitará al compás de los elencos provenientes de distintas localidades del municipio.
“Tendremos un desfile que nos volverá a sorprender por el progreso notable de los artistas, músicos y bailarines, y también por las respectivas puestas, vestimentas y coreografías de los distintos elencos, cada año más profesionales”, explicó Eleonora Jaureguiberry, subsecretaria general de Cultura de San Isidro.
En la pasarela, el colorido de las murgas, fuera de ellas dos opciones gratuitas, desde las 19:00, sin pausa y para los más chicos. Un taller de máscaras y un sector para salir de allí con el rostro maquillado a pura creatividad y brillo. Además, siempre con la consigna de llegar disfrazado, un sector ambientado especialmente para hacerte una selfie y subirla ahí mismo a las redes.
En tanto, desde las 20:00 y cada media hora, las murgas irán saliendo al ruedo. Ellas serán Los Purretes de San Isidro, Los Chiflados de Boulogne, Locos por el ritmo, Centro murga Los Fantoches de San Isidro, Caporales Amado Jesús, Centro murga Los Pioneros de Villa Adelina y Los Auténticos de Boulogne. También harán su pasada Los Desordenados de la Sauce, El banquito de Beccar, Centro murga Lloviendo estrellas, Los Auténticos soñadores, Los Soñadores de Beccar, Centro murga Fiesta de carnaval, Centro murga Los del mal del Sauce, Los Inmortales y Los Incomparables de Martínez.
Todas competirán por la III edición del Concurso Municipal de Murgas de San Isidro, que tendrá como jurado a tres especialistas, Coco Romero, Aluminé Manteca Acosta y Arturo Blas Bisogni, y entregará dinero en efectivo ($100.000, 50.000 y 30.000, del primero al tercero) para fomentar y apoyar la formación de los elencos, con miembros de 3 a 99 años. Los ganadores se darán a conocer el 27 de febrero por medio de las redes sociales oficiales.
Así, las murgas, que se preparan todo el año para esta fiesta, tendrán su gran cita en el corsódromo de Boulogne, que ofrece tribunas tubulares, pasarelas valladas, sanitarios, seguridad y otros servicios para que nada empañe la velada. Además, entre murga y murga, Comando Carnaval, un grupo de clows y acróbatas que animará con humor y destrezas circenses.
En síntesis, un desfile en el que cada elenco dará lo mejor de su espíritu carnavalesco, el mismo que el municipio decidió recuperar hace varios años, cuando esta fiesta había quedado reducida a un pequeñísimo círculo y al borde de la extinción. Y una noche extensa, de casi ocho horas, entre redoblantes y lentejuelas, plumas y patadas acrobáticas al viento, y también entre paraguas multicolores, cinturas girando, adrenalina y emociones.
CRONOGRAMA DEL DESFILE
20 hs. Los Purretes de San Isidro.
20.30 hs. Los Chiflados de Boulogne.
21 hs. Locos por el ritmo.
21.30 hs. Centro murga Los Fantoches de San Isidro.
22 hs. Caporales Amado Jesús.
22.30 hs. Centro murga Los Pioneros de Villa Adelina.
23 hs. Los Auténticos de Boulogne.
23.30 hs. Los Desordenados de la Sauce.
00 hs. El banquito de Beccar.
00.30 hs. Centro murga Lloviendo estrellas.
1 hs. Los Auténticos soñadores.
1.30 h. Los Soñadores de Beccar.
2 hs. Centro murga Fiesta de carnaval.
2.30 hs. Centro murga Los del mal del Sauce.
3 hs. Los Inmortales.
3. 30 hs. Los Incomparables de Martínez.
En caso de lluvia, el evento se llevará a cabo el lunes 24 de febrero.
miércoles, 26 de agosto de 2020
1994 La murga vuelve a nacer. Ciclo en Monserrat. Diario La NACIÓN
La Nación, viernes 6 de mayo de 1994
Las murga vuelve a nacer
Por Arnaldo Iadarola
Aleteo de diablos, palpitar de pechos tatuados por el mar potente de lentejuelas... definió la poeta Diana Bellessi luego de asistir a una función de la murga Los Funebreros de San Martín. Según Coco Romero, líder de Los Quitapenas, “la murga es un encuentro de muchedumbres que respetan ciertos códigos”. De un modo u otro, y aunque sus destellos no sean los de antaño, es cierto que la murga porteña aún palpita en varios puntos de la ciudad.
Y precisamente Coco Romero (músico e investigador cultural) ha levantado el noble y rante estandarte de raso y arpillera, decidido a instalarlo de nuevo en su otrora glorioso retablo. “El apogeo de la murga fue en los años cuarenta –señala- , pero poderosos medios de comunicación, la radio primero y luego la tevé, contribuyeron a ralear la presencia callejera de tan fuerte expresión popular. Con todo, la murga sobrevivió con relativa buena salud hasta el proceso militar, su prohibición (si no mediaba registro en las perspectivas comisarías barriales), significó casi su golpe de gracia.”
Romero comenzó a investigar el tema hace unos tres lustros, visitando las murgas existentes, entrevistando a sus más antiguos referentes, haciendo música con ellos y confeccionando un completo archivo del tema. Sorprenden sus viejas fotos de calles porteñas transitadas por comparsas e cientos de miembros en vistosos disfraces.
“Orfeones, rondallas y otras comparsas de inmigrantes europeos reproducían, bajo tales nombres, melodías, vestimentas y otras costumbres de susu tierras –informa Romero -. Estaban compuestas por hasta doscientas personas, y una estructura musical rítmica: con redoblantes, zurdos y cencerros, y generalmente acompañada por una orquesta de vientos. Del cruce de las comparsas con los festejos carnavaleros de los negros descendientes de esclavos y de los inmigrantes humildes, que comenzaron a arribar de España e Italia, surgiría, hacia los años veinte, la murga.”
Compuesta por no mas de ochenta personas, y un acompañamiento musical basado casi exclusivamente en bombo, platillos y silbatos, las mugas criollas en sus desfiles de Carnaval- supieron reflejar preocupaciones sociales en las letras de las canciones.
Caras y caretas
“Hoy todavía existen murgas de larga tradición en varios barrios porteños: el Abasto, Palermo, Almagro, La Paternal, San Cristóbal, la Boca, Liniers y Saavedra, son los más importantes”, enumera Romero, ahora firmemente empeñado en difundir la murga entre las generaciones más jóvenes y en nuevos ámbitos. Con tal objetivo, dirige un taller, abierto a todo público (sábados de 14 a 16), en el Centro Cultural Ricardo Rojas y ofrece recitales con el grupo Yo lo vi.
“A veces me preguntan si es posible estudiar murga? ¿No se trata de algo que se aprende lejos de las aulas, en la calle? La pregunta en sí; claro que se puede –opina Romero- Porque lo que nosotros hacemos no es sólo teoría, sino, y en especial, transmisión de información y experiencia. En el taller del Rojas son habituales las visitas de viejos murgueros, y entre junio y agosto, junto con el antropólogo Ricardo Santillán Güemes, vamos a coordinar tres eventos en el Centro Cultural san Martín, donde veteranos murgueros, como el afamado Nariz y valores jóvenes como el gallego, serán expositores de honor.”
Sin embargo, lo que quizá dé cuenta acabada de la fertilidad de la labor de Romero sean Los Quitapenas, murga de veinte miembros formada en el Centro Ricardo Rojas, una de las actualmente mas conocidas, respetada incluso entre los murgueros de vieja estirpe. O la murga de 1500 niños puesta en funcionamiento por su alumno Félix Loiácono, durante el programa Escuelas de Verano, de la Municipalidad.
Después de todo, uno de los requisitos esenciales del murguista es el poder de la metamorfosis, mientras dura la función. Así como en los antiguos carnavales porteños los negros vestían las galantes ropas en desuso de susu patrones blancos, los murguistas de hoy son seres por completo comunes que, al subir al tablado, se transforman en otros. Y con tamaña capacidad mutante, no resulta extraño que la “tarea de puente” que se propone Romero resulte exitosa.
“Pablo Mosteirín el saxofonista , es el único miembro del grupo que se dedica a la música. Tato Serrano a cargo de bombo y baile es remisero, Julio Locatelli, el acordeonista, es licenciado en computación;: Monito Viera, el percusionista, trabaja con su tío; el bajista Pablo Vlacich es artesano del cuero en plaza Francia, y yo me dedico a la investigación”, explica Romero.
Integrantes de Yo lo vi, todos los sábados a partir de las 22, en el Centro Cultural Monserrat (Lima 411), se encargan de exhumar toda la inmensa, triste y potente alegría de la murga.
Romero comenzó a investigar el tema hace unos tres lustros, visitando las murgas existentes, entrevistando a sus más antiguos referentes, haciendo música con ellos y confeccionando un completo archivo del tema. Sorprenden sus viejas fotos de calles porteñas transitadas por comparsas e cientos de miembros en vistosos disfraces.
“Orfeones, rondallas y otras comparsas de inmigrantes europeos reproducían, bajo tales nombres, melodías, vestimentas y otras costumbres de susu tierras –informa Romero -. Estaban compuestas por hasta doscientas personas, y una estructura musical rítmica: con redoblantes, zurdos y cencerros, y generalmente acompañada por una orquesta de vientos. Del cruce de las comparsas con los festejos carnavaleros de los negros descendientes de esclavos y de los inmigrantes humildes, que comenzaron a arribar de España e Italia, surgiría, hacia los años veinte, la murga.”
Compuesta por no mas de ochenta personas, y un acompañamiento musical basado casi exclusivamente en bombo, platillos y silbatos, las mugas criollas en sus desfiles de Carnaval- supieron reflejar preocupaciones sociales en las letras de las canciones.
Caras y caretas
“Hoy todavía existen murgas de larga tradición en varios barrios porteños: el Abasto, Palermo, Almagro, La Paternal, San Cristóbal, la Boca, Liniers y Saavedra, son los más importantes”, enumera Romero, ahora firmemente empeñado en difundir la murga entre las generaciones más jóvenes y en nuevos ámbitos. Con tal objetivo, dirige un taller, abierto a todo público (sábados de 14 a 16), en el Centro Cultural Ricardo Rojas y ofrece recitales con el grupo Yo lo vi.
“A veces me preguntan si es posible estudiar murga? ¿No se trata de algo que se aprende lejos de las aulas, en la calle? La pregunta en sí; claro que se puede –opina Romero- Porque lo que nosotros hacemos no es sólo teoría, sino, y en especial, transmisión de información y experiencia. En el taller del Rojas son habituales las visitas de viejos murgueros, y entre junio y agosto, junto con el antropólogo Ricardo Santillán Güemes, vamos a coordinar tres eventos en el Centro Cultural san Martín, donde veteranos murgueros, como el afamado Nariz y valores jóvenes como el gallego, serán expositores de honor.”
Sin embargo, lo que quizá dé cuenta acabada de la fertilidad de la labor de Romero sean Los Quitapenas, murga de veinte miembros formada en el Centro Ricardo Rojas, una de las actualmente mas conocidas, respetada incluso entre los murgueros de vieja estirpe. O la murga de 1500 niños puesta en funcionamiento por su alumno Félix Loiácono, durante el programa Escuelas de Verano, de la Municipalidad.
Después de todo, uno de los requisitos esenciales del murguista es el poder de la metamorfosis, mientras dura la función. Así como en los antiguos carnavales porteños los negros vestían las galantes ropas en desuso de susu patrones blancos, los murguistas de hoy son seres por completo comunes que, al subir al tablado, se transforman en otros. Y con tamaña capacidad mutante, no resulta extraño que la “tarea de puente” que se propone Romero resulte exitosa.
“Pablo Mosteirín el saxofonista , es el único miembro del grupo que se dedica a la música. Tato Serrano a cargo de bombo y baile es remisero, Julio Locatelli, el acordeonista, es licenciado en computación;: Monito Viera, el percusionista, trabaja con su tío; el bajista Pablo Vlacich es artesano del cuero en plaza Francia, y yo me dedico a la investigación”, explica Romero.
Integrantes de Yo lo vi, todos los sábados a partir de las 22, en el Centro Cultural Monserrat (Lima 411), se encargan de exhumar toda la inmensa, triste y potente alegría de la murga.
martes, 25 de agosto de 2020
2018 CARNAVAL TODA LA VIDA - Cap 1 - Historia de la murga y el carnaval
ETER TV
CARNAVAL TODA LA VIDA
Las murgas son una pasión, un espacio de encuentro y un reflejo de la sociedad.
Producción y realización:
Micaela Contreras, Candelaria Domínguez Cossio, Vera Ferrari, Ignacio Piquero, Lucia Rivero, Camila Smith y Valeria Vecchi.
CAPÍTULO UNO – HISTORIA DE LA MURGA Y EL CARNAVAL
La historia de la murga porteña en la voz de sus protagonistas. Coco Romero, historiador de murga, Mingo Romano de los Fantoches de Villa Urquiza y Graciela de Los Pitucos de Villa del Parque cuentan los orígenes de la murga y qué lxs hace murguerxs.
2020 Café Vinilo Beto Asurey Coco Romero
http://www.alternativateatral.com/obra70535-carnaval-de-vinilo-coco-romero-beto-asurey-trio
Carnaval de Vinilo / Coco Romero + Beto Asurey Trío
Coco Romero: Guitarra y voz
Beto Asurey: Voz y guitarra. Autor y compositor.
Diego Valdecantos: Guitarra y coros.
Ramiro Comes: Percusión y coros.
Invitado Alejandro González: Flauta traversa y armónica.
Coco Romero es músico, autor, escritor (de canciones y de libros), compositor, tallerista, docente e investigador del Carnaval. Gestor cultural. Asesor y Curador del CCR. Rojas (UBA).
Realizó talleres, espectáculos, performances, conferencias, ciclos y tertulias- desde 1988 hasta la actualidad. Hoy presenta un nuevo formato de show en sólo set acompañado únicamente con su guitarra haciendo canciones de su amplio repertorio.
Beto Asurey Trío hace música de la Ciudad de Buenos Aires, fusionando ritmos y armonías del tango, la milonga, el candombe, la murga de esta y la otra orilla, cómo también músicas hermanas como el vals peruano, el joropo venezolano y otros ritmos que nos pertenecen y a los que pertenecemos.
Carnaval de Vinilo / Coco Romero + Beto Asurey Trío
Coco Romero: Guitarra y voz
Beto Asurey: Voz y guitarra. Autor y compositor.
Diego Valdecantos: Guitarra y coros.
Ramiro Comes: Percusión y coros.
Invitado Alejandro González: Flauta traversa y armónica.
Coco Romero es músico, autor, escritor (de canciones y de libros), compositor, tallerista, docente e investigador del Carnaval. Gestor cultural. Asesor y Curador del CCR. Rojas (UBA).
Realizó talleres, espectáculos, performances, conferencias, ciclos y tertulias- desde 1988 hasta la actualidad. Hoy presenta un nuevo formato de show en sólo set acompañado únicamente con su guitarra haciendo canciones de su amplio repertorio.
Beto Asurey Trío hace música de la Ciudad de Buenos Aires, fusionando ritmos y armonías del tango, la milonga, el candombe, la murga de esta y la otra orilla, cómo también músicas hermanas como el vals peruano, el joropo venezolano y otros ritmos que nos pertenecen y a los que pertenecemos.
2020 La murga y el Carnaval porteño RADIO GRAFICA
https://ar.radiocut.fm/audiocut/murga-y-carnaval-porteno-coco-romero-en-medio-cupon/
La murga y el carnaval porteño | Coco Romero en Medio Cupón
25 de febrero, 2020 13:50
El artista, músico y murguero Coco Romero en conversación con Mario Sadras en Medio Cupón, un recorrido por la recuperación de los carnavales porteños
2020. Actuación solista en el Corso de Los Pegotes- Florida. V. López- Bs.As.
El referente murguero Coco Romero se presentará gratis en el carnaval de Los Pegotes de Florida
Será el sábado por la noche, en el primer día del Corso Pegote, que también estará el domingo 9 de febrero.
Este fin de semana se vive a puro ritmo murguero en Vicente López, ya que este sábado 8 de febrero se presentará el referente de esta música popular Coco Romero, con un recital gratuito y al aire libre, en los festejos del carnaval de Los Pegotes de Florida.
A las 22 horas, Romero estará tocando todo su repertorio de clásicos de la murga, en el marco de un evento que se realizará en Av. San Martín 2400, y que además tendrá desde las 19 horas otras bandas y corsos invitados, parrilla, guerra de espuma y distintas propuestas para toda la familia.
El músico, autor, tallerista e investigador, reconocido en el ambiente murguero repasará lo mejor de la música de sus ocho discos grabados: “La Fuente” (1981), “El Grito Primal” (1983), “La Pasión Según San Juan” (1983), “Murga, vuelo brujo” (1994), “La Sopa de Solís” (1999), “Pacha- Momo” (2004), “Los caminos del Gallo Pinto” de Javier Villafañe (2008) y “Carta de Momo” (2016).
Coco Romero es Asesor y Curador del área Culturas Populares y Urbanas en el Centro Cultural Rojas (UBA). Creo y dirigió durante veinte años, entre 1995 y 2005, “El Corsito”, publicación de divulgación y consulta sobre el Carnaval.
Además, escribió tres libros: La murga porteña. Historia de un viaje colectivo (Editorial CICCUS), El árbol genealógico (EUDEBA) y El Universo creativo del Carnaval (Ediciones Rojas- EUDEBA).
El encuentro, en caso de lluvia, será suspendido.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)