La Nación, sábado 13 de junio de 1992
Temas Cotidianos
Murgueros al ataque: Un reducto porteño otorga nuevos bríos a un viejo arte popular.
La murga vive y colea
“La murga vive”, dice el músico y titiritero Coco Romero mientras dirige, cada sábado de 14 a 17, en el centro Cultural Ricardo Rojas, el taller de Los Quitapenas. Allí se aprende a representar la teatralidad murguera con bailes, desfiles, instrumentos y cancionero incluidos.
Las clases pretenden ser, además, “un lugar para los vecinos sin barrio”, explica Romero, un veterano de Los Mareados de Belgrano “R” y Los Pecosos de Chacarita y que ahora se dedica a estudiar la historia de la murga porteña.
“Existen hoy en Buenos Aires alrededor de diez agrupaciones”, comenta, a la par que invita a compartir “esta expresión del Carnaval que permite acompañar las desgracias y felicidades de la comunidad”. La inscripción se efectúa en ese centro cultural (Corrientes 2038), de 11 a 19.30.
Las clases pretenden ser, además, “un lugar para los vecinos sin barrio”, explica Romero, un veterano de Los Mareados de Belgrano “R” y Los Pecosos de Chacarita y que ahora se dedica a estudiar la historia de la murga porteña.
“Existen hoy en Buenos Aires alrededor de diez agrupaciones”, comenta, a la par que invita a compartir “esta expresión del Carnaval que permite acompañar las desgracias y felicidades de la comunidad”. La inscripción se efectúa en ese centro cultural (Corrientes 2038), de 11 a 19.30.
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