sábado, 29 de enero de 2022

1999. Comodoro Rivadavia- Chubut Rojas fuera del Rojas- La Fuente no era una canción...

Miércoles 11 de agosto de 1999
Comodoro Rivadavia- El Chubut

La murga, una pasión popular que adquiere connotaciones académicas
«La murga surge naturalmente. Como una necesidad de expresión y en este fin de siglo es
tomada como un punto de encuentro por todas las generaciones», expresó el profesor y músico Coco Romero. Coordinador del Área Cultural del Centro Cultural Ricardo Rojas de la Universidad Nacional de Buenos Aires. Quien hoy concluirá en Comodoro Rivadavia el dictado del «Taller de Teatralidades Populares: la murga, un espacio para la creatividad».
Romero fue invitado por la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco a través
de su área de Extensión, en el marco de un convenio de intercambio cultural.
Las clases, que se vienen desarrollando en dos tumos en dependencias de la Escuela de
Arte, están dirigidas a mayores y adolescentes, notándose la presencia de integrantes de varios grupos murgueros de esta ciudad, entre ellos “La batucada comodorense», que tuvieron una inmejorable oportunidad para aprender nuevos fundamentos de su ya tradicional actividad.

ANTECEDENTES DE UNA PASION POPULAR
En diálogo con EL CHUBUT, el profesional citó que históricamente la murga tiene sus antecedentes en la ciudad española de Cádiz, ubicada en la provincia de Andalucía que hace cientos de años era un puerto clave para los viajes de ultramar y allí se recepcionaban y se emitían distintas culturas musicales, tras lo cual se fue expendiendo hacia otros países, con distintas reminiscencias.
Numerosos adolescentes, muchos de ellos integrantes de murgas que se conformaron en los barrios de Comodoro, participarán hasta hoy del taller de teatralidades populares que se dicta en la Escuela de Bellas Artes.
Así por ejemplo, la pasión y característica murguera de nuestros días no es igual en Buenos
Aires que en Montevideo e incluso difiere en distintas provincias de nuestro país.
Romero, no solo ha recorrido el país para difundir este espectro cultural sino que también
ha viajado al exterior para investigar las connotaciones de esto que él llama «una recuperación del espacio festivo».

UN FENOMENO EN EXPANSION
Citó que inicialmente con la aparición de los bombos en la política, allá por la década del 50, se fue gestando ese espacio festivo, a lo que más tarde se sumaron los redoblantes y los silbatos, alcanzándose los tres elementos básicos que utiliza la murga que es integrada por pocaspersonas, pero cuando estas son muchas, adquiere la característica de una comparsa.
Con el transcurrir de los años, la pasión de la murga llegó no solo a las canchas de fútbol y
otras disciplinas deportivas a través de los aficionados, sino que también se introdujo en grupos musicales y en nuestros días ya es una costumbre verla en los estilos estilo de grupos
famosos como Los Piojos, Los Auténticos Decadentes y La Bersuit. En lo que respeta al
dictado del taller en Comodoro, el coordinador bonaerense dijo que se llevó la grata sorpresa de muchos jóvenes que integran murgas y aprendieron las nociones por su propia cuenta y con ellos intercambió experiencias. «Lo importante -destacó- es que podamos potenciar todas las experiencias en el campo de la educación, en los barrios y llevar toda la información posible respecto a este tema».






"Una especie de red"
Durante años, La Fuente toco en pequeños teatros de la Capital, sobre todo en el Santa María, pero a fuerza de insistencia, el 26 de noviembre del 83 presentó el espectáculo “Todo hombre es †u hermano”, en el mítico Obras.
“Nunca apuntamos a tocar en grandes lugares. Nos presentábamos en galpones, en lugares pobres, haciendo pequeños recitales en los suburbios de Buenos, Aires. Eso dio una continuidad que generó, para nuestra sorpresa, un grupo de gente seguidora. Así apareció la murga, que se llamaban los Fuenteanos, que sí o si tenían que tocar en los conciertos al final. Se fue dando esta especie de red que fue algo muy especial”.
“Se armó esta cosa de comunicación, un espacio para la juventud. Nos recorrimos el país enterito, cantándole a los desaparecidos, al absurdo de una guerra o una que estuvo a punto de ser (la movilización de tropas en el 78 hacia las fronteras con Chile)”.Coco asegura que “cuando uno hace la lectura 20 años después, puede decir que había como una especie de relación con la gente, que sería para reflexionar. Para nosotros era, además de todo lo que dije, una carga ”, concluyó.

“La Fuente no era una canción, era un clima”

(S.G.) Coco Romero comienza la charla con Aerosol, luego de emocionarse al ver los dos discos de vinilo grabados por La Fuente, algunas entradas de shows, y otros elementos que lo hacen retroceder casi 20 años.
“Qué pasó con La Fuente”, repite la pregunta para, de inmediato, asegurar que “durante la época del proceso militar, nosotros tuvimos una actitud firme a través de nuestra arma que es la música y la cultura. Teníamos una idea de un país, grabamos un disco y fuimos como un foquito de resistencia”
“Cuando volvió la democracia, ya estábamos medio cansados y por eso cada uno de los integrantes siguió su camino. Pero todos nos seguimos comunicando, participamos de los trabajos de los otros. Lo último que hice fue grabar en el disco de Andy (Andrés Grimsditch)”, destaca.
“Somos hijos de la fusión”
Coco Romero afirma que, «si en este momento, con mis cuarenta y pico de años, puedo levantar las mismas banderas, mantener una independencia, y trabajar por algunos aspectos de la cultura de nuestro país, fue porque estuve en La Fuente. En lo personal -agrega- me sirvió para pensar que, a veces las cosas pueden tardar pero que, si se hacen a conciencia, siempre vamos a ir caminando».
Cuando se le recuerda la fusión andina, la introducción de instrumentos musicales fuera de lo común, Romero asegura que «para nosotros la fusión era algo natural. Convivíamos con mandolinas, armonios, la †tabla de la india, el bombo Iegüero, el de la murga, las botellas afinadas, etc. Digamos que la fusión fue un elemento y, en el material de ese entonces, ya hay una chacarera, un huaino, un rock. Somos hijos de la fusión, sentencia. Mientras habla, de reojo mira los discos, y asegura que “no llegamos a ser un grupo conocido pero, vaya donde vaya, siempre encuentro a gente que me habla de La Fuente, que me †rae los volantes de los recitales. Lo que pasa, es que La Fuente no era una canción, era un clima, una ensoñación... Eso fue lo más significativo del grupo”

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