lunes, 17 de enero de 2022

2007. Taller de murga. El arte como propuesta para la inclusión. Universidad Nacional de Córdoba






https://ffyh.unc.edu.ar/alfilo/anteriores/alfilo-19/relacion_con_la_comunidad2.htm

Sep. 2007
Relación con la comunidad
El arte como propuesta para la inclusión
La Secretaría de Extensión de la FFyH y la Fundación Desafiarte pusieron en marcha el programa de capacitación “Arte y diversidad: elaboración de procesos artísticos para la inclusión”. La iniciativa, que también cuenta con el apoyo de la Fundación Arcor y el aval académico del Departamento de Teatro de la UNC, propone consolidar, desde el arte, las estrategias para el trabajo con personas con discapacidad. Alfilo conversó con Coco Romero, coordinador del primer módulo del programa. La próxima actividad, “Danza inclusiva en la escuela”, estará a cargo de Marina Gubbay. Comienza el 28 de septiembre con una conferencia abierta al público en general.

Coco Romero en el taller de murga realizado en la Sala Azul.
Esta experiencia conjunta, entre la Facultad de Filosofía y Humanidades y Desafiarte -una entidad que nuclea a las principales organizaciones de Córdoba que trabajan en relación con la discapacidad-, se viene desarrollando desde 2005. “Hay una vacancia a nivel universitario en la formación y el abordaje de la discapacidad. Por otro lado, se está viendo que el arte –en sus distintas modalidades y lenguajes- es una alternativa interesante para trabajar esta problemática”, explica Carlos Szulkin, coordinador del Área de becas, proyectos y programas de la Secretaría de Extensión.

El programa de capacitación contiene un diseño estructurado en tres módulos que permiten abordar distintas disciplinas artísticas: música, danza y teatro. “Este año nos concentramos en trabajar el cuerpo en escena, como una propuesta que se va extender a lo largo del año”, señala el coordinador.

Por razones metodológicas y de progresión de contenidos, el proyecto integra el cursado de los tres módulos. “Hay una idea instalada de pensar al arte como algo fragmentado. Había gente que sólo quería anotarse en una disciplina. Hemos pensado la propuesta desde una perspectiva integral para que los distintos aportes –teatro, danza, murga- converjan en ese cuerpo en escena”, indica Szulkin.

La capacitación está dirigida a profesionales que están trabajando con personas con discapacidad, artistas con discapacidad y estudiantes interesados en esta temática. “Sorprende la participación de muchos estudiantes universitarios: de teatro, plástica, ciencias de la educación, letras, psicología- que están interesados en temáticas vinculadas con discapacidad”, expresa el coordinador. También concurren a los cursos, docentes de materias especiales e integrantes de equipos técnicos de las organizaciones que trabajan con esta población.

“La murga es un espacio de libertad”
Coco Romero es un referente de la murga en todo el país. Además de coordinar desde hace 20 años el área “Circo, murga y carnaval” del Centro Cultural Ricardo Rojas (UBA), se dedica a recopilar la historia y la tradición oral del carnaval del país. Es el director de “El Corsito”, una publicación de divulgación y consulta imprescindible sobre los carnavales que se distribuye de forma gratuita en distintos puntos del país y cuenta con una tirada de casi diez mil ejemplares. En el 2005, publicó “La murga porteña. Historia de un viaje colectivo” y, a lo largo de su carrera ha realizado viajes de investigación a Río de Janeiro y San Pablo (Brasil), Distrito Federal y Guadalajara (México), Oruro (Bolivia), Cádiz (España), La Habana y Santiago (Cuba).

Durante su visita a Córdoba, dialogó con Alfilo sobre su experiencia y la propuesta que trajo para trabajar en el programa “Arte y diversidad”. “Para mí la murga es un espacio de libertad”, dice Romero. La idea del taller que realizó en la UNC apuesta a explorar las posibilidades educativas de la murga y “poner al cuerpo en primera instancia”. “Es fundamental que los docentes bailen y transmitan estos contendidos a través del cuerpo. Esa es la clave”, afirma.
- A partir de su experiencia con la murga en el Centro Cultural Rojas, ¿Qué aspectos rescataría del encuentro entre el mundo académico y el mundo popular del baile y la música?
- El Rojas, prácticamente, crece con la democracia. Yo venía intentando con el tema de la murga desde la dictadura. En el Rojas golpeé la puerta y me dijeron: “dale para adelante”. A partir de ahí, aparece un proceso interno interesante sobre cómo hacer para que pueda sobrevivir esa idea, bajarla a tierra, llenar ese espacio de contenido y generar una lectura distinta sobre el tema de la murga. Para eso tuve que mirar necesariamente el carnaval, porque ése es el marco. Por alguna razón es una fiesta que ha atravesado feudos y dictaduras. En los distintos siglos, el carnaval no se murió. Mágicamente, cuando llega el tiempo que se celebra, en el mundo occidental y cristiano los pueblos festejan con arte este encuentro.
Fue muy importante encontrarme con el Rojas, porque ahí comencé con un taller, que se transformó en área. que, a su vez, abarca disciplinas como guión humorístico, clown, bufón, escuela de circo, malabares, etc. Al mismo tiempo, me di cuenta que cuando desde una institución se arroja un tema hacia lo social, desde una mirada seria, la cuestión crece.
- ¿Por qué propone mirar el carnaval a partir del cruce de distintas disciplinas, como la antropología, el arte, la comunicación?
- Esta posibilidad de trabajar en un centro cultural que depende de la universidad forzó a esta idea de encontrarle una vuelta al tema. Empecé a recorrer todos los carnavales, meterme en el tema de la organicidad, la gramática del carnaval. En el carnaval hay una real puesta en escena del arte del pueblo. En una sociedad en la que todo se vende desde un lugar que no ofrece la posibilidad de ida y vuelta, me parece interesante que haya una fiesta en el mundo donde el arte esté presente de esta manera. Goethe decía “el carnaval es una fiesta que el pueblo se regaló a sí mismo”. Esto indica que el carnaval va más allá de la predisposición de los gobiernos y de las personas individualmente. Aún en el barrio más marginal, va a aparecer alguien con una bolsa de arpillera, golpeando una lata para celebrar el carnaval. Eso me parece muy fuerte simbólicamente.
- ¿Cómo pasó de la murga al carnaval?
- Cuando te gusta la murga, naturalmente vas a caer en el carnaval. Ahí es cuando se aparece el cielo. El cielo es el carnaval y la murga es una estrella. Después empezás a analizar otras cosas como la escola, la cuadrilla, el disfrazado, etc. En el número diez de la publicación “El Corsito” crucé el tema del carnaval con Sarmiento. El primer corso oficial en Buenos Aires se celebró a pocos meses de asumir la presidencia Sarmiento. Tiempo después, un año antes de que deje el poder, una comparsa de Carapachay le regaló una medalla y lo declaró “Rey del Carnaval”. En la medalla está grabada la cara de Sarmiento: de un lado representando a la comedia y del otro a la tragedia. Es una medalla de colección. Una frase que él plantea dice: “toda fiesta es educadora”.

http://www.apadimblog.org.ar/2007/08/la-murga-es-una-fiesta-educativa.html 2007

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